Ad Astra: hacia las estrellas

Crítica de Santiago García - Leer Cine

El Mayor Roy McBride (Brad Pitt) es un ingeniero que perdió a su padre en una misión sin retorno a Neptuno para encontrar signos de inteligencia extraterrestre. Veinte años después, el gobierno le encargará que vaya en una misión para saber qué fue lo que pasó con aquel viaje a Neptuno y averigüe si su padre aún sigue vivo y es el responsable de algunos desastres que están ocurriendo en la Tierra.

Roy no solo es un astronauta extraordinario, capaz de sobrevivir a un desastre en una estación espacial sin acelerar sus pulsaciones. Pero la verdad es que lo envían a esa misión por su condición de hijo del viejo astronauta en rebeldía. H. Clifford McBride (Tommy Lee Jones) recuerda al personaje de Kurtz en la novela El corazón de las tinieblas (1902) de Joseph Conrad y también al Coronel Kurtz de la adaptación cinematográfica del libro que hizo Francis Ford Coppola cambiando de lugar y época en el film Apocalypse Now (1979). Roy es también como el personaje que tiene que ir a buscarlo, sin que sepamos si su admiración hacia él le impedirá completar su misión de terminar con lo que el personaje mesiánico esté haciendo. En ambos casos –Apocalypse Now y Ad Astra- es el gobierno el responsable de la primera misión y de la segunda. La conexión entre ambas historias no está forzada y no es una mera cita.

Pero el espíritu coppoliano no es solo con respecto a Apocalypse Now. Como en El padrino uno se pregunta si el joven Roy se convertirá en su padre H. Clifford como Michael se convertía en Vito Corleone al final del film. Esta subtrama es apasionante, pero lo es también el asombrosamente real mundo que la película muestra. La Luna, ya completamente conquistada y corrompida, parece tan real que asombra. Las escenas de acción allí y en el espacio son sorprendentes e inolvidables. Una cita extra muy amable es que dos de los personajes están interpretados por Donald Sutherland y Tommy Lee Jones, compañeros de elenco de Jinetes del espacio, la genial película de Clint Eastwood donde ambos también eran astronautas.

Lo único que puede objetársela a la película es que hacia el final intenta realizar discursos en boca del protagonista, enfatizando cosas que podían deducirse a lo largo de las escenas y finalmente le da un cierre muy por debajo de sus grandes momentos. Incluso con sus defectos, Ad Astra sigue siendo una gran película.