Ad Astra: hacia las estrellas

Crítica de Isabel Croce - La Prensa

Roy McBride (Brad Pitt) parece tener todas las condiciones para resolver problemas en el espacio. La mejor tecnología y un padre excepcional (Tommy Lee Jones), el astronauta desaparecido Clifford McBride, combinaron un óptimo resultado. Pero ahora que los accidentes se suceden y las catástrofes espaciales parecen incrementarse, McBride es convocado para solucionar algo que está ocurriendo quizás en los confines del planeta. La noticia de que su padre, desaparecido hace veinte años cuando investigaba la vida extraterrestre, puede estar vivo lo conmociona. Pero la sugerencia de las fuerzas militares de que ese hombre modélico con el que tantas veces fue comparado puede estar causando el desastre final lanza a Roy al fondo de un pozo.

En un momento en que los logros humanos en el espacio estelar parecen haber alcanzado su máxima aspiración, con una luna colonizada y Marte convertido en estación intermedia hacia un viaje más extenso, Roy McBride duda. Su viaje hacia Neptuno lo hará enfrentarse con el mayor peligro, su propia conciencia. Hasta entonces sólida y sostenida por pilares incorruptibles, siempre guiándolo por el camino correcto, Roy McBride recuerda que otra persona (su ex esposa) cuestionó su modo de ser, su dedicación obsesiva al trabajo, la inmersión total que lo alejaba de los problemas cotidianos.

Intentando dejar de lado parte de su parte oscura, este caballero especial se dispone a enfrentar los mayores peligros. Ni los dragones del espacio, ni los quijotescos personajes que aparecen como desafíos imposibles podrán detenerlo.

TIEMPO Y ESPACIO

El director James Gray es capaz de embarcarnos en una aventura sin tiempo ni espacio, donde la Edad Media y el futuro rabioso se entremezclan con reflexiones sobre el hombre solo y en peligro. Cuando los viajes interplanetarios se pagan en cuotas y la comida rápida espera en una nueva estación que nos acerca a Neptuno, un recuerdo o la fragilidad de un sentimiento mal elaborada podrá, sin piedad, arrojarnos al desastre.

Como "High Life", de Claire Denis, o "Interestelar", de Christopher Nolan, el director Gray con el notable diseño de producción de Kevin Thompson y el apoyo musical de Max Richter, más la apocalíptica fotografía de Hoyte Van Hoytema, cambia la configuración de algo llamado "ciencia ficción". Ahora la selva es más peligrosa y hasta los recuerdos protectores (Donald Sutherland) pueden hacernos un falso guiño.