Ad Astra: hacia las estrellas

Crítica de Federico Ignacio Bazán - Cuatro Bastardos

Ad Astra: Al infinito y más allá
Esta película, maravillosa visualmente, merece ser vista con buena calidad, porque nos brinda un viaje por el espacio inolvidable, dramático y reflexivo.
Comencemos por lo obvio. Si ya viste todas las películas espaciales del pasado; especialmente Solaris, Interestellar y Gravity; este filme quedará entre las mejores de estas sin duda. Ad Astra cuenta la historia de Roy McBride que debe realizar un viaje a través del sistema solar para tratar de descubrir la razón de la desaparición de su padre en una expedición y desentrañar un misterio que amenaza la supervivencia de la existencia humana y nuestro lugar en el cosmos.
La primera mitad de la película es brillante en todo sentido; Narrativa, y visualmente. El director James Gray de The Inmigrant, The Lost City Of Z, We Own The Night, etc (también guionista, junto a Ethan Gross) realiza un trabajo glorioso en términos técnicos, como también con una historia algo innovadora. Mostrada con un ritmo, quizá agobiante por momentos pero, reflexivo y muy artístico.
Ad Astra es de los últimos films más cinematográficos que se encontrarán últimamente. Aunque por momentos pareciera que toca los planos o movimientos de cámara que hemos visto en tantas películas del espacio, te sorprendes por la estupenda realización fílmica y la fotografía sobresaliente por parte de Hoyte Van Hoytema (que trabajó en Interestellar, Dunkirk, Her, entre otras) así que hablamos de palabras, o imágenes, mayores.
Toda la primera mitad logra combinar de forma estupenda el colosal paisaje espacial, con una buena e intrigante historia, muy personal, de Roy McBride. Protagonista que está interpretado por un emocionante, sincero y creíble Brad Pitt, logrando una de sus mejores actuaciones, por su sutileza y llegada al público.
que quizá se desploma cuando se devela el secreto de la trama. Es un momento emocionante, seguro, pero desde ahí el ambiente se vuelve más cerrado y más pensativo que antes. Los espacio se achican, la luz se oscurece, y la reflexión florece. El ritmo sigue siendo el mismo pero asimismo se siente más pesado. Ese cambio en la velocidad, que sí posee en la primera mitad, ya no existe hacia el final, otorgándole mucho menos espacio para actuar, pero mucho más para la introspección. Con una voz over, o “en off”, los pensamientos del protagonista son expresados ágilmente, pero como toda voz en off a veces puede llegar a sobreexplicar ciertas cosas que, para algún espectador, puede resultar confusa.
El film completo es una obra sobresaliente con momentos de tensión, y un estilo exquisito. Combinación que celebrará el espectador. El tono meditabundo, de llevar a los humanos al espacio y lo que hacemos con eso, es escaso pero a la vez muy interesante de abordar. Luego tenemos la relación padre e hijo; en la de conocer cuál es el destino de cada uno, de cada ser o de la humanidad misma.
El reconocerse a uno mismo, el ser anti ciertas actitudes humanas ¿Por qué nos hace querer buscar vida en otros planetas? ¿Para no sentirnos solos? ¿Es realmente necesario? Esta y muchas más preguntas que a ustedes se les ocurran serán (o no) respondidas en esta preciosa película que gravita entre lo muy atractivo visualmente, lo ralentizado de la narración, lo artístico y lo precioso del lenguaje cinematográfico.