Actividad paranormal

Crítica de Martín Lipszyc - Comunar

Se estrena finalmente la esperadísima Actividad Paranormal, una película cuyo principal atractivo tal vez no sea tanto la historia filmada, sino lo sucedido detrás del largometraje en sí.

Mucho se ha hablado sobre la inmensa cantidad de películas de bajísimo presupuesto que se producen anualmente en el mundo, y del pequeño (pero creciente) porcentaje de ellas que llegan a las manos de algún pez gordo hollywoodense y dan el batacazo contra los megatanques. Actividad Paranormal es una de ellas y las cifras hablan por sí solas: el director y guionista Oren Peli asegura que la filmó con sólo unos 15 mil dólares, y ya lleva recaudados más de 150 millones, con proyecciones de, al menos, unos 100 millones más.

Como suele suceder, una sorpresa como ésta generó una ola de rumores. Poco importan si son ciertos o no, pero alimentan las ganas de verla. El que más me impactó fue el que asegura que el film llegó a los estudios de Steven Spielberg y fue comprada sólo para evitar que lo hicieran competidores en “apenas” unos 330 mil dólares. La idea era reservarla y, en todo caso, hacer una remake en el futuro. Cuenta el mito que Spielberg vio la película en privado y le pareció buena pero que, al finalizar, la puerta de la habitación en la que estaba se cerró de un portazo. Inmediatamente levantó el teléfono y ordenó no sólo lanzarla lo antes posible a los cines, sino también dejarla en su versión amateur.

Vamos ahora a la película en sí, que es lo que en definitiva se irá a ver.

Debo decir que la idea principal se ajusta a una ocurrencia que tenía de chico, no tanto por temor sino por curiosidad: ¿Qué pasa mientras dormimos?

Una pareja se muda a una casa y la mujer, Katie, siente que una presencia espectral la acosa todas las noches. Un poco cansado de las quejas de su novia, Micah decide instalar una cámara para filmar lo que ocurre mientras ellos están dormidos. Y lo que descubren es que si no es un fantasma o un demonio, lo que los acecha está muy cerca de serlo…

Actividad Paranormal se inscribe en las películas de terror que no asustan tanto por lo que muestran sino por lo familiar de la situación. En este punto la separo claramente de los films asiáticos, que manejan el lenguaje terrorífico como nadie, y que generan usualmente un miedo inconmensurable.

En esta ocasión, hay un punto que involucra inevitablemente al espectador: todos dormimos en algún momento, y cuando esto sucede, lo que ocurra a nuestro alrededor ya no está bajo nuestro control. Creo que este es el gran acierto.

Hay una salvedad que quiero hacer para todos los que deseen verla: está filmada en el estilo de “cámara en mano”, como una suerte de Proyecto Blairwitch (y sí, hay más de un punto en común), aunque de un modo un poco más prolijo.

No soy fanático de las películas de terror, sin embargo Actividad Paranormal maneja un nivel psicológico interesante que creo que llamará la atención de quienes no son “militantes” del género.

La película es buena y sin dudas cumple con los objetivos propuestos. Y si a eso se le suma la historia detrás de la historia, podría decirse que es uno de los hallazgos de la industria tras los múltiples fracasos de varias megaproducciones.

Sólo un dato: tras ver la película, regresé a mi casa, desenchufé el equipo de música de la “zapatilla”, estalló la conexión y saltó la térmica. Hasta que me di cuenta de lo que había sido, habré estado unos dos minutos en la oscuridad total. Créanme que fueron los 120 segundos más largos de mi vida…