Actividad paranormal

Crítica de Emiliano Fernández - CineFreaks

Demonología de alcoba

Sólo en una potencia cinematográfica como Estados Unidos se puede dar el caso de una película pequeñísima “rescatada” del underground por Hollywood y estrenada comercialmente con una salida masiva más que generosa en manos de la Paramount Pictures. Actividad Paranormal (Paranormal Activity, 2007) fue filmada a lo largo de siete días con apenas 15000 dólares y en su primera semana en cartel recaudó más de 9 millones, convirtiéndose de inmediato en la realización más rentable de la historia al superar el récord ostentado por El Proyecto Blair Witch (The Blair Witch Project, 1999). De hecho, estamos hablando de una mixtura bastante meditada entre ésta última y El Ente (The Entity, 1981).

La historia cumple con todos los requisitos de los “falsos documentales”, un subgénero del terror que cuenta con numerosos exponentes recientes como Rec (2007) o Cloverfield (2008). Katie (Katie Featherston) y Micah (Micah Sloat) forman una pareja de novios que ha decidido convivir en función de un buen entendimiento mutuo. En la oscuridad del dormitorio principal ocurren sucesos extraños vinculados a movimientos repentinos, sonidos indescifrables y ráfagas de viento que salen de la nada. Ya desde el inicio está planteado el contexto: ella nunca le comentó que una presencia diabólica la acompaña a donde quiera que vaya y él responde comprando una cámara para registrar lo sucedido.

Sin lugar a dudas los mayores logros de la propuesta pasan por el mecanismo formal de presentación de las escenas (toma fija con contador para las apariciones) y la estructura narrativa específica (21 noches con secuencias intermedias dilatorias, a veces explicativas). A partir de una construcción minimalista del suspenso, la obra atrapa al espectador sin recurrir a apuntes gore o vueltas de tuerca inconducentes. El realismo de tono cotidiano y la extraordinaria puesta en escena son las peculiaridades que garantizan la eficacia del proyecto. La clase B norteamericana todavía da batalla ofreciendo anomalías como la presente, claro testimonio de que la escasez de recursos no siempre compromete la calidad.

Existen dos versiones ligeramente distintas de Actividad Paranormal, la original que circuló cuando se buscaba distribuidor y la actual editada según el parecer del estudio. Al mismo tiempo que eliminaron unos 10 minutos de metraje, en especial algunas tomas fútiles del comienzo, también han acortado otras, agregado un par (la de las llaves en el piso y la de la foto colgada en la pared) y en general se perfeccionaron diversos efectos visuales y sonoros. Más allá de estos detalles, las diferencias más importantes las encontramos en el final (el desenlace mainstream deja entrever una probable continuación) y la secuencia del exorcismo en Internet (en la original mucho más extensa y explícita).

Mientras que en el primer corte había referencias a El Resplandor (The Shining, 1980) y El Exorcista (The Exorcist, 1973), luego evidentemente la Paramount juzgó necesario suprimirlas y priorizar el ritmo entre impactante y sutil del film (hasta se comenta que la conclusión fue modificada bajo sugerencia de Steven Spielberg). Aunque el desempeño de Featherston sobrepasa al de Sloat y el guión del también director Oren Peli no abandona la previsibilidad en tanto estrategia central del relato, la demonología de alcoba establece un patrón alterno en lo que respecta al verosímil sin llegar al nivel de la “Bruja de Blair”: será difícil proponer algo nuevo de ahora en más, este es el techo de los “falsos documentales”.