Actividad paranormal 4

Crítica de Luciana Boglioli - La Capital

Un malévolo spíritu

fenómenos paranormales. Extraños ruidos. Símbolos que se repiten en todas partes. “Actividad paranormal 4” comienza con imágenes de un matrimonio que vive felizmente con sus dos hijos en una casa alejada de la ciudad. De pronto, un accidente, que nunca se sabe qué es, deja solo a un niño de cinco años que vive en la casa lindera. En consecuencia, la familia protagonista se debe hacer cargo del niño hasta que su madre se recupere del trágico episodio. Desde que Robbie queda en manos de los padres de Alice (el típico prototipo de protagonista de película de terror: rubia con cara de nada y personalidad ingenua), empiezan a suceder cosas raras en la enorme casa. Para despejar el misterio, la adolescente y su novio instalan cámaras en todas las habitaciones de la casa. Así, noche tras noche, hasta llegar a la número doce, los chicos observan qué sucede cuando todos duermen. La película es la cuarta parte de la saga que continúa con el mismo tipo de relato que las tres anteriores, con cámara en primera persona y extraños seres que aparecen y desaparecen sin saber qué son. Pues es el desconocimiento lo que hace a esta película atrapante, manteniendo al espectador tenso ante la gran pantalla esperando el final. Aunque no asuste tanto como las dos primeras de la saga, los espíritus malévolos siguen dando que hablar.