Actividad paranormal 2

Crítica de Santiago García - Tiempo Argentino

Otra entrega a prueba de temerarios

Hoy se estrena la secuela de este ultra taquillero film de terror, que mantiene una estética similar a su antecesora, pero esta vez agrega cámaras de seguridad para registrar los eventos siniestros que acechan a una familia.

Actividad paranormal (2007) fue un fenómeno de taquilla espectacular. Con un presupuesto mínimo consiguió lo que muchas películas de alto presupuesto jamás alcanzan. Con el insólito costo de no más de 15 mil dólares, el film recaudó 107 millones.
No quisieron perderse, entonces, la posibilidad de seguir ganando dinero con la historia e idearon esta segunda parte que, en realidad –algo bastante evidente para quienes vieron el film anterior–, comienza antes de los eventos narrados en Actividad paranormal. El esquema es el mismo: cámaras empleadas por los protagonistas construyen la narración del film. Aquí la apuesta aumenta y a las cámaras en mano se les suman las cámaras de seguridad. El efecto sigue siendo igual: con pocos elementos se arma una historia que deja al espectador al borde de la butaca. Por supuesto que para disfrutar de la película, se deberán perdonar ciertas licencias poéticas, como el uso de la cámara en mano en situaciones de vida o muerte en las cuales difícilmente alguien quiera o pueda seguir filmando. No es irrelevante que el realizador del film sea Tod Williams, el director de la exitosa Cloverfield, otra notable película con una estética similar de personajes filmando con sus propias cámaras las situaciones vividas.
Aprovechando el sencillo y universal miedo a la oscuridad, Actividad Paranormal 2 se las ingenia para asustar, y mucho, con recursos tan antiguos –y notoriamente efectivos– como una puerta que se cierra sola o un sonido que viene desde otro cuarto. Una familia se ve atormentada por una presencia en su hogar que poco a poco comienza a mostrarse amenazante, como en el primer film, pero esta vez la historia está contada y se completa desde otro lugar. No se puede adelantar nada de la trama y tampoco hay demasiado misterio detrás: todo el film consiste en explotar al máximo nuestros temores. Incluso el espectador más valiente, que no se asuste durante la proyección, sabrá que las escenas de Actividad Paranormal 2 lo acecharán en el minuto mismo en que apague la última luz de su casa antes de irse a dormir. Actividad Paranormal 2 está destinada a asustarnos, no sólo mientras la vemos, sino mucho más allá.