Acorralados

Crítica de Fernando Alvarez - Todo lo ve

Drama y suspenso poco creíbles

"Nos van a devolver todo" dice uno de los ingenuos personajes de este relato situado en la época del corralito argentino. Un jubilado (Federico Luppi) necesita el dinero para poder aplicarse insulina, toma una granada y se encierra en un banco para reclamar lo que es suyo.

Acorralados juega con una época caótica alternando algunas imágenes de archivo con personajes afectados por el desastre económico: una familia que necesita sus ahorros para poder operar a su pequeño hijo; un directivo del banco (Gabriel Corrado) presionado por una de sus empleadas y un matrimonio en crisis.

Ni el modo de abordar el tema, ni la manera de hacer suspenso se tornan creíbles a lo largo del metraje a pesar de la presencia de Federico Luppi y de Gustavo Garzón, en el rol del jefe de policía. Entre el tono costumbrista (con una Esther Golris cercana a Esperando la carroza) y el espíritu de denuncia, el film acumula actuaciones y diálogos lavados, la trama avanza como puede. Tampoco resulta verosímil cómo los personajes quedan atrapados a merced del anciano dentro del banco (¿una puertita de hojalata que ni siquiera tiene candado impide que los manifestantes la rompan?).

La música subraya los momentos de más emoción y le quita clima al desenlace de la historia basada en eventos reales. Esta película comenzó de la mano del director Juan Carlos Desanzo, pero luego recayó en Julio Bove.