Abrir puertas y ventanas

Crítica de Pedro Squillaci - La Capital

Adolescencia interrumpida

Tres hermanas van por todo, o por nada, en “Abrir puertas y ventanas”, la película de Milagros Mumenthaler que ganó el premio a mejor filme en el reciente Festival Internacional de Cine de Mar del Plata. Aunque la película estuvo sobredimensionada por la crítica especializada porteña, son rescatables los momentos de minimalismo estético que logró la directora. El filme recorre el derrotero de tres adolescentes que deben atravesar el mal de ausencias, cuando las tres se ven obligadas a convivir en soledad en una casa plagada de tristezas, recuerdos, emociones y también fracasos. Lejos de la mirada de los adultos, las hermanas Marina (María Canale), Sofía (Martina Juncadella) y Violeta (Ailín Salas), sienten que todo cambia a partir de la muerte de su abuela. Es el momento de encontrarse con ellas mismas, y eso, quizá es lo más complicado para cada uno. Ahí descubrirán que el vínculo entre ellas no es del todo bueno, que el despertar sexual golpea la puerta insistentemente, y que nada es tan sencillo como parecía que era dentro de los códigos de la vida de los mayores. Milagros Mumenthaler tiene una estética cinematográfica muy parecida a Lucrecia Martel, y eso puede ser un punto a favor o en contra, depende qué tipo de cine esté preparado para ver el espectador. De todos modos, “Abrir puertas y ventanas” suma para el nuevo cine nacional, aunque está lejos de ser una obra de arte.