Ábalos, una historia de 5 hermanos

Crítica de Sergio Araujo - Cinéfilo Serial

El mayor atractivo del documental “Ábalos, una historia de 5 hermanos” son “la música que nunca muere” y la pulsión vital que acompaña al protagonista de la película, como un saco prolijo en la memoria de tantos que, lejos de oler a naftalina, más bien conserva la elegancia y precisión con las que marcan el paso del tiempo las manillas de un reloj clásico de La familia Ábalos que conforma parte interesante de los poros más resonantes y queridos de nuestra cultura, y es esto un poco de lo que trata el film.

La película orbita en torno a la figura y andar de su protagonista Vitillo Ábalos, único hermano vivo del recordado grupo folclórico que conformara junto a sus cuatro hermanos: “Los hermanos Ábalos”. A través del documental, como espectadores, tenemos principalmente el cálido agasajo de compartir diversos momentos en la vida de Vitillo, que sin necesidad de recurrir a la incorporación constante de datos duros o flashbacks de archivo en cuanto a la información que se desea compartir, de alguna manera cada escena cocinará en nosotros nuestras propias conclusiones que deban obtenerse al respecto.

El documental también cuenta con una breve, pero oxigenante participación de Roger Waters, Jimmy Rip, Juanjo Dominguez y el flaco Spinetta.

En el transcurso de la película, también podemos interiorizarnos en detalles sobre cómo fue grabado “El disco de oro, folclore de 1940”, ganador del premio a “Disco de oro en folclore”, y que fue gestado en colaboración de diversos artistas.

Otro aspecto necesario, y que vuelve entretenido al documental, es la utilización del recurso más precisado de la historia: La música. Casi en todo momento suena algo de Los Ábalos, o más bien el pulso en la percusión de Vitillo, tan justo y generoso como el corazón y la sonrisa de quien vive joven, aún en la vejez.

Como aspecto presente y no del todo favorable para la película, según mi percepción, es que la misma tiene varios momentos en los que su atractivo está al borde del precipicio argumental, probablemente dado a que el guión o su desarrollo están, evidentemente, contados desde una perspectiva del entorno familiar, lo que termina siendo un condimento peligroso para el entretenimiento o aporte general de un documental…aunque no así para un “video homenaje en vida” (Si es lo que se pretende lograr).