Aballay

Crítica de Luis María Fittipaldi - RosarioCine

Juramento de Venganza

Alguna vez el gran Borges sugirió que el Western era el más genuino género fílmico, y tenía obvia razón, se vé que él había visto varios, acaso no hay cierta concomitancia con sus personajes de avería como Rosendo Juárez, a quién en otra época y otro lugar le ocurre lo mismo que al cowboy de Clint Eastwood en "Los Imperdonables"..?. Igual pasa con el prepotente y bárbaro gaucho Aballay, que luego de un asalto y deguello de su parte, le sucede un clik como para abandonar su existencia de reo, vago y mal habido.
Y el salvaje, alejado de esos males, termina por tomar una identidad de ribetes legendarios. Pero claro en el medio hay alguien que no ha olvidado sus crímenes, y que crece masticando su obsesiva venganza, la de dar muerte a cada uno de aquellos ladinos gauchos que mataron a su padre frente a él siendo un niño, de una forma tan artera.

El odio se agiganta con el tiempo y asi ya hecho un hombre vuelve el personaje de Nazareno Casero a buscar su reivindicación a punta de cuchillo...pero las cosas se irán complicando más con la inserción en su vida de una mujer por la cual se siente atraído.

Fernando Spiner, luego de sus recordados trabajos como la muy notable miniserie de 4 capítulos: "Bajamar, la costa del silencio" (1995) y los largos para el cine: "La Sonámbula" (1998) y "Adiós Querida Luna" (2005), vuelve a mostrar su manejo en el poco transitado cine de género nacional -al que muy pocos se le animan-, con este "Locro-western" de maravillosa factura técnica, con paisajes increiblemente bellos de Tucumán, interpretaciones elogiosas de Pablo Cedrón -notable máscara como Aballay y hasta con una deslumbrante manera de cabalgar- (qué actor carajo!!!), una actriz sugerente y de rara belleza: Moro Anghileri, y sobre todo un villanísimo como el de Claudio Vissi -de hoy en más queda para la historia del cine criollo como el más marcado malo de la pantalla autóctona-, Ziembroski que siempre es un hallazgo, y un Medido y austerito Casero como el eje de la venganza.
Acá hay cine respirando por 4 costados, hay una mezcla acorde que va del gauchito Gil al Moreira de Favio, imágenes que retrotraen al Fregonese y Demare de "Pampa Bárbara", y hasta una similitud con el cangaceiro de Glauber Rocha (aquél simbólico "Antonio das Mortes"). Si hasta el grito de "Aballayyyyyyy!!! que pega Vissi añora nostalgias de aquél otro "Chirinooooooo!!" del Moreira del 73.
Spiner suma pericia y talentosidad, escenifica como si hubiese bebido del euro-western de Sergio Leone, de Sollima y Corbucci, sin olvidar a los gigantes de Sam Peckinpah, Anthony Mann, Delmer Daves o Henry Hathaway y sobre todo: John Ford, con ese inicio de diligencia a cielo abierto, donde aparece el propio Spiner disparando por una de las ventanillas del transporte.
"Aballay" ya es un objeto de culto para los desaforados cinéfilos y la posteridad, no caben dudas. Nosotros agradecidos.