A un click de distancia

Crítica de Marcelo Cafferata - LúdicoNews

A partir de la pandemia y el aislamiento social surgieron, algunas temáticas diferentes y nuevas formas de expresión. Muchas de las historias comenzaron a estar atravesadas por este nuevo contexto de virtualidad incorporando elementos narrativos que no se habían presentado anteriormente e, inclusive, muchas puestas –tanto teatrales como cinematográficas- fueron filmadas desde otros dispositivos, incluyendo los celulares de los propios directores y protagonistas.

Con estos elementos, Natalie Morales hace su debut tras las cámaras y protagoniza junto a Mark Duplass, “A UN CLICK DE DISTANCIA”, pareja que también estuvo a cargo del guion. Ambos elaboran una propuesta muy acorde a este nuevo orden que se reforzó con la pandemia: a las clases online, a los vínculos virtuales, a poder construir una historia a pesar de la distancia (situación que ahora pareciese mucho más normal) y a una narrativa que depende, casi exclusivamente de personajes que se comunican, mirando en primer plano, fijamente a la cámara.

La pareja se ingenia para que este formato, tan alejado de todas las posibilidades que ofrece el cine, despierte interés y que a pesar de las limitaciones que se imponen con dos personajes que habilitan el diálogo a través de las cámaras de sus computadores o sus celulares, vaya encausando fluidamente la historia. Morales es Cariño, una costarricense que da clases de español a extranjeros y Adam (Duplass) comienza sus clases a partir de un regalo que le hace su esposo para mejorar un idioma que ya conocía en un pack de 100 clases.

Lo que desde un primer momento se presenta como un vínculo profesora-alumno que va a perdurar en el tiempo, se irá profundizando rápidamente cuando luego de la primera clase, Adam tenga un problema personal que va a modificar sustancialmente esa relación. Así acompañaremos a los personajes de los cuales sólo tenemos algunos pocos datos, más aquellas apreciaciones que podemos ir sumando a partir de los elementos que aparecen como fondo mientras ellos se comunican, en este vínculo que se irá tornando mucho más personal, aun cuando no se pierde de vista el punto de partida original.

Los diálogos son ágiles, sencillos, sin proponerse (re)marcar las temáticas que se van abordando a lo largo de los encuentros y de que vayan tomando más confianza y relaten fragmentos de sus vidas privadas, sin que esto signifique que Morales & Duplass, no tomen cada tema que plantean muy seriamente. Sólo que logran poner una pátina de comedia –tomando algunos elementos de las típicas comedias románticas- para poder procesar sin dramatismos, algunos puntos agridulces de la trama.

Ambos aportan frescura y espontaneidad a sus personajes y uno de los puntos a favor que maneja la película es la química que logran en este vínculo a distancia usando las pantallas de sus dispositivos como único medio de comunicación y el registro preciso de los cambios que va teniendo la relación a medida que se suman las clases / encuentros.

Morales & Duplass tienen el carisma suficiente para sostener esta historia que habla de la amistad, la pareja, la soledad, los proyectos, las zonas más oscuras que no frecuentemente nos animamos a mostrar y lo hace a partir de un vínculo de dos desconocidos que irá creciendo a medida que cada uno de ellos habilite las zonas más íntimas de su propia historia.

“A UN CLICK DE DISTANCIA” cumple con la propuesta y sabe hacer jugar algunas limitaciones propias del formato a su favor, aunque en algunos momentos queda entrampada en los condicionamientos que aparecen frente a una propuesta de estas características e impone algunos avances de la historia a fuerza de golpes de efecto, que, de todos modos rápidamente quedan incorporados a la historia de una forma más orgánica.

Presentada originalmente en el Festival de Berlín que le abrió las puertas de una importante trayectoria internacional (Festival de Londres, San Francisco, Melbourne, Toronto y Los Ángeles), este novedoso formato de comedia aporta frescura y reflexión en una cartelera post-pandemia donde parecía no haber lugar para otros productos que no fuesen los tanques hollywoodenses.