A puro gesto, un ritual de tango

Crítica de Mex Faliero - Fancinema

Un punto de partida

El músico argentino Martín Mirol reside desde hace años en Brasil, y allí montó una orquesta de tango llamada De puro guapos. La experiencia de Mirol tiene un costado vocacional, en su pasión por la música y su labor como instrumentista, pero también es una necesaria forma de sostener sus vínculos con lo que pasa del otro lado de la frontera, con sus orígenes. El tango, entonces, como un espacio mítico, como un paraíso perdido. El documental de Gabriel Reich A puro gesto, un ritual de tango se nutre no sólo de esa historia de exilio musical, sino también del viaje antropológico y ontológico que realiza el músico junto a sus compañeros brasileños a Buenos Aires, para conocer las raíces del género. Es un viaje de aprendizaje, pero que también sirve para sentar posición ante el género: una defensa del tango arrabalero y barrial por sobre el perfil paquete y de exportación que adquirió en las últimas décadas.

Mirol y sus compañeros recorren la Buenos Aires nocturna, de cantinas, también se entrevistan con músicos que aportan su punto de vista sobre el tango. Pero lejos de academicismos, lo que se intenta aprehender es una esencia que le permita a Mirol enseñar el germen popular que los brasileños ponen en espejo con sus propios ritmos. No deja de ser interesante lo que propone el documental: nos pone en el lugar de los extranjeros para reconocer algo que es “nuestro” y en esa apuesta, vislumbrar una mirada por duplicado, desde adentro y desde afuera. Es cierto también que por su duración -62 minutos-, A puro gesto… suena un tanto apresurado, excesivamente resumido y elíptico, lo que sumado a su redundancia en planos cortos termina por parecerse más a un informe televisivo que a un documental cinematográfico. Es como que falta algo, complejidad o profundización en el tema.

En todo caso y por su esencia didáctica, pero que no entorpece la narración, A puro gesto, un ritual de tango es un muy buen material de base para aquellos que quieran introducirse en el mundo del 2×4, en su aspecto más barrial y popular.