A portuguesa

Crítica de Victoria Leven - CineramaPlus+

A portuguésa está construida a partir de la adaptación libre del cuento homónimo del escritor austríaco Robert Musil (1880-1942), texto perteneciente al libro “Tres mujeres” y cuya transposición a la cinematográfica fue realizada por Rita Azevedo quien expande el germen de origen hacia un terreno narrativo que busca ir mucho más allá de la esencial argumentalidad original.

La trama podríamos resumirla así: el noble Van Retten, en busca de una esposa, consigue a una joven de tierras lejanas, una pálida y juvenil portuguesa a la que la dejará a la espera por años de su vuelta de la guerra con un niño a la crianza y una soledad infinita. Pero la joven no parece ser la sumisa y silente mujer abandonada, por el contrario en su gesto bucólico cabe un mundo de reflexiones que la mantienen viva y alerta al mundo que la rodea, aún en ese extraño aislamiento que la determina.

El filme, extenso en su proyección dramática, despieza el argumento lineal y sociológico de Musil para convertirlo en una serie de “tableaux vivant” en los que las figuras se desplazan con cuidad lentitud en esos encuadres abiertos que exponen una percepción pictórica de la luz, las formas, los colores y hasta las acciones realizadas.

Se despliega una poética verbal y plástica donde las escenas se asemejan a los cuadros de Van Eyk por su lejanía, su mirada totalizadora, nítida y evitando casi en todo el filme el uso de primeros planos.

Los colores y la luz nos remiten a aquella mágica luminosidad de las mujeres que habitan en los cuadros de Vermeer otro pintor flamenco que hace cuerpo en estos cuadros móviles. La protagonista es, en todo sentido, una joven de estos mundos de Vermeer, sus perlas, su quietud en movimiento, su piel casi translúcida, sus cabellos cobrizos y esos ojos de un suave halo de azul cristalino.

Acacia de Almeida es el fotógrafo que materializa con sutileza y precisión este mundo de imágenes sublimes. Los planos fijos arman las piezas de este rompecabezas de trazo contemporáneo, donde lo clásico de los maestros remotos que inspiraron esta puesta se mixtura con el punto de vista de la autora que deja de lado los temas objetivos del cuento para indagar debajo de la superficie, en la construcción de la mujer en aquellos tiempos, en la idea del amor, del poder y de la poesía de ese imaginario mundo cotidiano.

Por Victoria Leven
@LevenVictoria