A million ways to die in the west

Crítica de Pablo O. Scholz - Clarín

Con la pólvora mojada

Parodia al género del western, con Charlize Theron y Liam Neeson.

Mel Brooks, que hizo la mejor parodia del western con Locuras en el Oeste (1974), tenía un método para saber si un gag era bueno o no. El director de El joven Frankenstein lo decía en voz alta, y si se reía, lo repetía cinco veces. Y si se seguía riendo, lo dejaba en el guión de sus películas.

Tras la serie animada Padre de familia, cuando Seth MacFarlane, su creador, estrenó en los cines Ted, sobre un muñeco de peluche que habla y a lo largo de los años sigue siendo compañero de parranda del personaje de Mark Wahlberg, se aplaudió la osadía y, si no la originalidad, cierto aire de parodia a las comedias sexistas del llamado nuevo cine americano.

MacFarlane apostó más alto y, antes de rodar la continuación de Ted, se metió con el western, uno de los géneros, junto con la comedia musical, creados por Hollywood. Y si el intento fue parodiar, aquí a MacFarlane el ingenio se lo agotó pronto. Demasiado rápido.

La andanada de gags escatológicos y sexuales termina siendo como la diarrea que sufre uno de los personajes. No es puritanismo, sino que la reiteración no suma sino que resta eficacia.

MacFarlane también se pone delante de la cámara (en Ted le ponía la voz al osito) y ahí tampoco zafa. Es Albert, un pastor de ovejas miedoso, que al escapar de un duelo en la calle principal del pueblo, por 1882, su novia (Amanda Seyfried) lo abandona por un bigotudo (Neil Patrick Harris). Albert conoce a Anna (Charlize Theron, con look siglo XXI), que le enseñará a disparar para poder reconquistar a su chica, y de la que, obvio, se enamora. Pero es la esposa de un bandido (Liam Neeson), y cuando pase por el pueblo, el lector ya se imagina lo que sucede.

Como con la mayoría de las escenas que comienzan y terminan más o menos igual.

Hay un par de cameos sorpresivos, con homenajes a otros filmes, y si decide ir a ver A Million Ways to Die in the West ( Un millón de maneras de morir en el Oeste ), ya que está, quédese hasta el final de los créditos.

Incomprensible la decisión de mantener el título en inglés. No es como Flashdance, o RoboCop, éste es casi una oración. En España y en Chile lo tradujeron como Mil maneras de morder el polvo y Pueblo chico, pistola grande , como reza chico como subtítulo en los afiches locales.