A million ways to die in the west

Crítica de Fernando Alvarez - Todo lo ve

Locuras en el Far-West

Con el sello del director de "Ted", Seth McFarlane, llega esta parodia al western en la que la débil trama deja lugar a los gags más disparatados y anacrónicos con un elenco de primeras figuras.

A Million Ways to Die in the West gira alrededor de Oveja Negra (MacFarlane), un granjero que es abadonado por su novia (Amanda Seyfried) y que termina enamorándose de una experta tiradora (Charlize Theron) y esposa del asesino Clinch (con un Liam Neeson en alusión directa a Eastwood) que llega al pueblo para sembrar el caos.

Con las infaltables escenas de duelos y peleas de saloon, la película entrega personajes graciosos (el ingenuo Edward encarnado por Giovanni Ribisi y enamorado de su novia, la prostituta Zorra del Oeste) y situaciones que funcionan a manera de sketches, como el sueño fantástico del protagonista entre ovejas que levantan vuelo.

La otra pata en la que descansa la película son los toques escatológicos (mejor no describirlos) y las escenas sangrientas que emulan a títulos clásicos del género. El film se permite además los cameos de una popular figura de una película de ciencia-ficción que también vistó el Lejano Oeste o la del actor que aparece después de los créditos. Tampoco falta la presencia de Wes Studi como el jefe indio.

Con este marco, el creador de Padre de familia se divierte como un niño y sus balas dan el blanco cuando juega a la parodia desmesurada, sin filtros y con un humor directo que llega al espectador. El resto levanta polvareda entre cabalgatas, persecuciones, amores cruzados y hechizos indígenas.