A little love package

Crítica de Juan Pablo Russo - EscribiendoCine

Narrada con un tono impostado por el escritor mexicano Mario Bellatin (Salón de belleza) y con la cámara del reconocido portugués Rui Poças (Aquel querido mes de agosto y Tabú, de Miguel Gomes; Morir como un hombre y El ornitólogo, de João Pedro Rodrigues; As boas maneiras, de Marco Dutra y Juliana Rojas; Frankie, de Ira Sachs, y Zama, de Lucrecia Martel), A Little Love Package comienza en Viena, la capital austriaca, retratando el fin de la prohibición de fumar en espacios públicos y la desaparición de una parte de la cultura del "Kaffeehaus". A continuación, la historia sigue a la actriz Angeliki Papoulia en el papel de una profesora de griego que busca un departamento en la ciudad, acompañada de su amiga, la actriz Carmen Chaplin, que interpreta a una diseñadora de interiores.

Aunque esta pareciera ser la trama principal, la película se extravía en su afán por homenajear a la ciudad, recorriendo cafeterías vacías, un viejo taller de zapatos, una muestra de minerales en el Museo de Historia Natural de Viena o una fábrica de quesos. Como una muñeca rusa que se abre, estos lugares dan paso a nuevas historias aparentemente desconectadas: un meteorito caído en Marruecos, las lecciones de piano de una profesora coreana o la primera reacción nuclear en Gabón. Finalmente, la película se traslada a la Málaga rural, donde reside la familia de Carmen Chaplin, la nieta de Charles Chaplin, para luego regresar a Viena con una Angeliki nostálgica que se enfrenta definitivamente a un final de época (y al de la película).

A Little Love Package es un ejercicio de comedia experimental y fragmentaria, musicalizado con canciones de John Cage y Black y melodías de Schubert y Mahler. Además, cuenta con un trabajo de cámara estática extraordinario que convierte cada plano en una obra de arte y remedia la falta de cohesión narrativa clara que puede devenir en una experiencia poco disfrutable.