A la guerra por amor

Crítica de Pedro Squillaci - La Capital

De romance y mafia

Una historia de amor en medio de las bombas y con una trama basada en un caso real. “A la guerra por amor” es una comedia de Pierfrancesco Diliberto, más conocido como PIF, quien escribe, dirige y protagoniza un filme directo, sensible y anclado en las mejores tradiciones del cine italiano. La dedicatoria a Ettore Scola ya abre una puerta que nunca se cierra para el espectador. Porque es muy fácil asociar esta producción a “Nos habíamos amado tanto” o incluso al pulso costumbrista de Giuseppe Tornatore. PIF da vida a Arturo Giammaresi, un mozo italiano enamorado de Flora (Miriam Leone), que es la sobrina de un poderoso dueño de un restaurante neoyorquino. Ambientada en julio de 1943, en plena Segunda Guerra Mundial, Flora es pretendida por el hijo de un alto capo mafioso, mano derecha de quien fue el temible Lucky Luciano. En un rapto desesperado, Arturo sabe que la única manera de casarse con Flora es pidiéndole la mano a su padre, que vive en Sicilia. Allí volará Arturo, montado literalmente sobre un burro (hay que verlo para comprobarlo) y se alistará con los aliados norteamericanos para dar con su futuro suegro, aunque deberá sortear nazis y amigos mafiosos del pretendiente de su novia. Para sonreír y disfrutarla.