A la guerra por amor

Crítica de Jessica Johanna - El Espectador Avezado

Escrita junto a Michele Astori y Marco Martani, dirigida y protagonizada por Pierfrancesco Diliberto (Pif), "A la guerra por amor" pretende contar una historia de guerra marcada por el amor, por las cosas que uno haría por la persona de la cual está enamorada. Con humor y mucho cariño por los personajes, se cuentan varias historias situadas en la Segunda Guerra Mundial de una manera menos dolorosa.
Arturo Giammaresi está perdidamente enamorado de Flora con quien mantiene un bello noviazgo en Nueva York. Pero el tío de Flora luego la promete con un jefe de la mafia y Arturo necesita del consentimiento de su padre, radicado en la Sicilia ocupada por los nazis, por lo que decide enlistarse y unirse a la Fuerza Aliada con el fin de llegar a él y demostrarle que es digno de estar con su hija.
En el medio, diferentes conflictos y personajes se irán cruzando frente a él y se van desplegando algunas historias secundarias que le agregan color y dinamismo al relato. "A la guerra por amor" cuenta entonces historias ambientadas en la Segunda Guerra Mundial y por lo tanto no suelen muchas tener finales felices.
No obstante, el apuesto al humor y al amor que constantemente despliega Pif en su película hacen de ésta algo muy distinto a lo que cualquiera pudiera esperar.
El problema radica quizá en que el humor a veces no siente del todo correcto, o en los momentos adecuados. El contexto bélico sigue siendo muy fuerte como para querer suavizarlo todo el tiempo. El film tiene mucho de cuentito, es divertida y emotiva y está bien realizada aunque resulta algo despareja en cuanto a las interpretaciones.
Hay algunos personajes secundarios que se terminan resaltando por sobre el resto, que con pequeños momentos se van ganando la pantalla.
Hay también algo de denuncia respecto a las familias sicilianas mafiosas. "A la guerra por amor" apuesta al slapstick y al humor de otra época. Es entretenida e interesante, pero se queda a medio camino con un tono que no termina de funcionar, entre el humor a veces más ingenuo y a veces más delirante, y la emotividad que las historias en algún momento alcanzan.
Como dato de color, el film funciona como una especie de precuela de la anterior película de Pif, "La mafia mata sólo en verano".