Memoria

Crítica de Leandro Porcelli - Cinéfilo Serial

«Memoria» es la sexta película del director y guionista Apichatpong Weerasethakul con presencia en el Festival de Cannes, entre las que destaca la primera ganadora tailandesa de la Palm D’Or: «Uncle Boonmee Who Can Recall His Past Lives». También es esta su segunda ganadora del Prix du Jury, premio del jurado del festival que se entrega a trabajos originales que representen el espíritu indagador de Cannes. Ciertamente, el de Apichatpong es un cine que siempre nos invita a indagar en lo desconocido junto a él.

En este caso la curiosidad desconocida es un extraño sonido inexplicable que su protagonista comienza a escuchar de vez en cuando. Con su hermana, recuperándose en el hospital de un extraño caso de posible karma perruno o maldición indígena, decide explorar el tema por el lado artístico más que por el medicinal. El resultado, como suele darse con este cineasta asiático, es una aventura entre onírica y somnolienta que llevará a su protagonista de personaje en personaje, con sus historias y escenarios particulares.

El cine de Apichatpong reta a su espectador a maximizar tanto su pasividad como introspección, ofreciéndole la propia experiencia pasiva de sus protagonistas guiándolos en la esperanza de que alcancen un cambio interno como les sucede siempre a ellos en sus filmes. Para ello resulta ideal el protagonismo de la gran Tilda Swinton como esta criadora de orquídeas con falta de sueño, que cual antena de experiencias ajenas busca en músicos, médicos, o especialistas alternativos alguna explicación para el extraño sonido que sigue escuchando.

Este trabajo en particular, como el resto de su filmografía, no es para audiencias desesperadas por las tensiones artificiales a los que nos acostumbra la ficción corriente occidental. Son una suerte de paseos audiovisuales de los cuales puede sacarse mucho valor, o bien simplemente haber apreciado la experiencia.

Es también la primera cinta de Apichatpong con actores, idioma y locaciones occidentales. Muchos directores sufren muchísimo el cambio de contexto o mercado, pero afortunadamente su obra es lo suficientemente personal como para mantener la esencia más allá de superficialidades. Colombia pasa a ser un anillo tan al dedo como supo ser una y otra vez su Tailandia natal, con menos mitos pero igual cantidad (y cualidad) de historias que contar. Ayuda que su protagonista esta vez es tan «turista» como él en tierras colombianas, ofreciéndole veracidad a la amabilidad característica de los personajes que interactúan con sus guías narrativos.

«Memoria» no ofrece el mejor ejemplo de la experiencia de uno de los cineastas más celebrados del cine asiático contemporáneo, pero en el riesgo que traía el cambio de contexto termina revalorizando la promesa intacta de que ofrece algo que siempre vale la pena ver. Una película de Apichatpong Weerasethakul es una de esas recomendaciones cinéfilas que siempre vale la pena hacer y tomar, recompensando curiosidades audiovisuales una y otra vez.