8 minutos antes de morir

Crítica de Migue Fernández - Cinescondite

El capitán Colter Stevens se despierta en el cuerpo de un hombre desconocido y toma conocimiento de que está en plena misión de encontrar una bomba en un tren. Allí descubrirá que es parte de un experimento del gobierno, un programa que permite que adopte la identidad de otra persona en los ocho últimos minutos de su vida.

Source Code parte de una idea que no es original y que debe ser algo recurrente entre los cultores de la ciencia ficción. No obstante tiene el mérito de ser desarrollada en forma hábil, sin dejar cabos sueltos y con el equilibrio justo entre complejidad y sencillez, evitando en su mayoría ser confusa sin caer en un tratamiento en exceso simplista. La historia no se da muchas vueltas, explica el conflicto en forma rápida y no se pierde en giros innecesarios. El piloto al que Jake Gyllenhaal interpreta debe encontrar a quien plantó la bomba en el tren, no para salvar a quienes ya murieron, sino para proteger a las víctimas de un futuro atentado que este terrorista llevará adelante en otro lugar. Eso es todo y game over.

Este aspecto se destaca aún más en comparación con otro filme de ciencia ficción que en este momento se encuentra en cartelera, The Adjustment Bureau. Aquella se trata de una película romántica inserta dentro de un relato fantástico, mientras que en este filme el romance es algo circunstancial, lo importante es la misión y después habrá tiempo para lo demás.

Una historia potente que se lleva adelante en forma ágil y sin distracciones, avanza con soltura hasta que tropieza en el final, enredándose en forma complaciente pero innecesaria con un confuso mensaje que genera más preguntas que respuestas. Fuera de este obstáculo, se trata de un filme fresco, entretenido y que no se extiende, que cuenta con un buen guión, con sólidas actuaciones, especialmente la de su actor protagonista, y que supone otro paso más en el camino hacia la gloria de su director.

Duncan Jones, con sólo una película en su haber, la muy lograda Moon, da cuenta una vez más de su capacidad detrás de cámara y se presenta como un realizador al que, si sigue encarando proyectos de esta naturaleza, habrá que seguir de cerca.