5-5-5

Crítica de Ramiro Ortiz - La Voz del Interior

De la profecía al duelo

Una rareza de la película argentina, por su contenido: una historia basada en personas y hechos reales, pero que acerca al espectador a un género con el que la industria nacional ha trabajado muy poco, pese a que contiene buenas fuentes y talentos.

En realidad, decir que 555 encaja dentro de un solo género es etiquetarla y reducirla. El filme de Gustavo Giannini es un drama naturalista, es decir, con una mirada objetiva de la realidad, en tanto el protagonista es un hombre que acaba de separarse de su esposa y pierde cierto contacto con su hija.

También es una historia romántica, por el único pero decisivo encuentro que ese mismo personaje tiene con una de sus alumnas de filosofía. A partir de entonces ese muchacho, Gabriel (interpretado por Antonio Birabent), entrará en el universo de Benjamín Solari Parravicini, y su vida, su confusión y su duelo virarán hacia la órbita de lo fantástico, la ficción científica, o tal vez nuevamente el drama, porque simplemente todo lo que comienza a visionar el profesor separado, puede ser pura paranoia.

Benjamín Solari Parravicini, el hombre con el que se obsesiona Gabriel, es un pintor y escultor que existió entre 1898 y 1974, que se hizo famoso por realizar una serie de dibujos proféticos, algunos de los cuales lograron anticipar hechos históricos importantes, como la Primera Guerra Mundial o el suicidio de Alfonsina Storni.

Gabriel descubre con gran asombro la obra de este sujeto, y empieza a descifrar lo que para él es el anuncio del inminente fin del mundo (la cifra 555 es una clave).

Encerrado en un derruido departamento prestado, Gabriel comienza a tapizar las paredes con papeles, duerme y come muy poco, recibiendo sólo la visita de su primo Tony, otro joven mucho más preocupado con humor por los problemas terrenales, que se toma a broma sus excentricidades, y lo insta a cambiar ese modo de vida por otro más sociable, en una representación sobresaliente del actor Gonzalo Suárez.

Dejando de lado que es una película un poco larga, 555 merece una seria recomendación. Va de menor a mayor, con pasos sencillos y ordenados, y consigue llegar lejos, urdir una trama bien rica, en la que incluso se mezclan recuerdos de películas como Una mente brillante o Matrix.

Pero cuidado. 555 no es ni lejanamente una copia de nada. Tiene una originalidad propia y el director sabe encaminarla, pasando incluso por el terreno del thriller y el suspenso, hacia un final imprevisible y abierto.