4x4

Crítica de Matías Asenjo - Sin Intervalos

Con un Peter Lanzani todoterreno “4x4, bienvenido a bordo” llega para poner sobre la mesa un tema bien latente y argentino.

Una lujosa 4x4 está estacionada en la vereda en un barrio de Buenos Aires. Un chico entra en ella para robar y cuando quiere salir, no puede. Las puertas no responden, los vidrios tampoco, la 4x4 es un bunker blindado. Está encerrado y alguien desde afuera tiene el control del vehículo.

Mariano Cohn (“El Ciudadano Ilustre”, “El Hombre de al Lado”) dirige su primera película en solitario, y lo hace con un tour de force (como él mismo define) que va al frente, directo y que no repara en sutilezas. Desde el comienzo arranca sin demasiados preámbulos y presentaciones. Va derecho al meollo de la cuestión: un pibe robando una camioneta. Las primeras imágenes nos dejan en claro el tema a tratar sin vueltas: la inseguridad.

La música, a cargo de Dante Spinetta que explora por primera vez en el mundo cinematográfico, no es la excepción. No es algo de fondo que acompaña. Se sitúa bien al frente, con mucha presencia cuando le toca intervenir. Y aprovechando las virtudes del creativo miembro de IKV, la película se da el lujo de tener su propio hit inédito “Ruta 666” (¿ya lo encontraremos por las radios?).

Quizás la mayor ambigüedad que nos propone el film es la de hacernos alternar empatía entre los personajes. Por momentos entendemos a uno, por momentos justificamos al otro. Por momentos sufrimos con uno, por momentos nos enojamos con el otro.

Durante la conferencia de prensa alguien preguntó sobre las posibles controversias o debates que el film pueda generar. En caso de que esto suceda punto a favor, en mi opinión. Porque el arte no debe interesarse en ser complaciente; debe interpelar, incomodar y carecer de ética. Es tarea nuestra, la de los espectadores, opinar sobre el bien o mal obrar de los personajes.

Meritoria mención al trabajo de Peter Lanzani (benditos los actores que asumen riesgos, sin importar el resultado) en un rol soñado para cualquier actor. Una participación casi omnipresente y con muy poco texto. Asume el desafío de un protagónico del que se sostiene mucho el film. Logra con éxito el cometido reafirmando el sólido camino actoral que hace tiempo lleva recorriendo.

Al verla no podía evitar sentir alguna reminiscencia con “Un Día de Furia” (“Falling Down” de 1993), y lo digo en un sentido positivo. Un hombre común cansado de una situación incorrecta que normalizamos y cotidianizamos, decide hacer justicia por mano propia.

Una vez alguien me dijo que hay obras que son mimos. Esas que después de verlas salimos contentos y dichosos. Y otras obras son cachetadas. Claramente “4x4, bienvenido a bordo” entra en la segunda categoría. Nos cachetea con un tema que no se había hablado en nuestro cine (al menos no con esta crudeza), que trae aires nuevos, que es interesante y entretenida. Podemos verla, como no podía ser de otra forma, a partir de mañana 4/4.