4 metros

Crítica de Ariel Abosch - El rincón del cinéfilo

La disyuntiva de obedecer los mandatos culturales o hacer lo que uno quiere, es un desafío en sí mismo. Ser uno más que navega a favor de la corriente o rebelarse, e ir en contra, no está bien visto por la sociedad. Trabajar en lo que a uno le gusta, es un privilegio. Conformarse con lo que a uno le toca en suerte, tarde o temprano, se vuelve deprimente.

Dentro de ese contaminado círculo vicioso se encuentra Joaquín (Victorio D´alessandro) que, en el día que cumple 38 años, recibe este tipo de planteos por parte de su padre, su mejor amigo Matías (Facundo Espinosa) y de la esposa.

Joaquín está bien así, o eso es lo que cree. Vive solo en un moderno departamento. Estudió para chef, aunque trabaja como cocinero del colegio secundario de donde es egresado, haciendo comidas básicas y fáciles para que almuercen los alumnos y no generen problemas.

También tiene una novia, Gabi (Maite Lanata), a quien le lleva veinte años y todavía es alumna del mismo colegio. La relación es clandestina, pese a que ella es mayor de edad, porque el cocinero no quiere que los vean juntos.

Aunque parece una persona tranquila, toda esta situación lo estresa y eso le provoca un padecimiento físico temporal que es un molesto y torturante zumbido de oídos.

En clave de comedia romántica Federico Palazzo describe la vida de un muchacho común, que no siente la obligación de aceptar las insistentes "sugerencias" de su entorno para que, como se decía antes, "siente cabeza", hasta que, de manera casual, se reencuentra con una ex compañera de colegio, María (Paula Morales), y le hace replantearse por primera vez sus objetivos y reordenar los deseos.

Con los típicos ingredientes que se utilizan para realizar éste género cinematográfico, el realizador no escatima contar en numerosas escenas a buen ritmo y musicalizada adecuadamente, las desventuras y planteos filosóficos del protagonista, cómo es la de ser padre, casarse, la diferencia de edad, trabajar en otro sitio, etc. Para eso interactúa constantemente con todos los personajes del elenco que lo aconsejan, ayudan, lo complican, etc. Tiene momentos distendidos, dramáticos, melancólicos y románticos. No pretende ser divertida, aunque tiene unos pocos momentos que lo son. Simplemente es sencilla y amena, ideal para pasar un rato agradable viendo al protagonista de la historia cómo se prepara para encarar la segunda mitad de su vida con las energías renovadas.