300: El nacimiento de un imperio

Crítica de Juan Santiago Garcia - Toma 5

EL NACIMIENTO DEL SLIP

Cuando escuchamos sobre el lanzamiento de 300: El nacimiento de un Imperio, inmediatamente pensamos en una secuela de la muy original “300″ (2006). Pero sorprendentemente, la misma transcurre antes, durante y después de la historia en la que los Espartanos eran protagonistas. Contándonos la historia desde otra perspectiva, presenciamos el nacimiento de Xerxes (Rodrigo Santoro) como el gigante pelado de voz gruesa con un ejercito de miles a sus pies y delirios de deidad. A la vez que conocemos a su segunda al mando, la comandante de las flotas persas Artemisia (Eva Green).
La historia comienza en medio de una batalla donde hará su aparición nuestro protagonista Themistocles (Sullivan Stapleton) quien toma el mando del segregado ejercito Griego contra la avanzada flota persa del Rey Dario. Las cosas están claras desde la primer batahola. Los atenienses utilizan escudos, una espada o lanza y una gran capa azul, mientras que el enemigo viene armado hasta los dientes con un despliegue de artillería titánico, desde barcos con grandes esculturas de caballos en proa, elefantes, rinocerontes, elaboradas armaduras completas, guardias enmascarados y todo en tamaño Extra Large.
Desde el principio tenemos lo prometido, peleas en cámara lenta con giros 360 y mucha sangre salpicando la pantalla. Los recursos de fotografía, la alta definición y el 3D son super aprovechados y se combinan logrando un baile de dobles de acción y efectos especiales a lo ancho de la pantalla. Sin dudas este es el tipo de 3D que quisiéramos ver en todas la películas. La profundidad que logran en batalla y las diferentes capas en una sola escena son muy extensas. Claramente podemos ver que “300: El nacimiento de un Imperio” fue diseñada para disfrutar 100% en un cine IMAX donde podemos atesorar por lo menos 2 ó 3 escenas épicas proyectadas en la totalidad de la pantalla, que combinadas con técnicas poco vistas en otras películas, nos dejarán boquiabiertos.
Para aquellos que les gusten los efectos especiales, la película utiliza casi todas las técnicas del mercado: Pantallas verdes y azules, modelado 3D, fuego real y un muy buen fuego digital, dobles de acción peleando como dios manda logrando esas geniales coreografías filmadas en alta velocidad para luego detenerse en el aire en cualquier instante, técnica patentada para “300″ (2006) y que por supuesto no podía faltar en esta ocasión. En particular en esta entrega tenemos una gran variedad de batallas marítimas y para ello los efectistas nos traen una combinación de CGI y barcazas en tamaño real montadas en un estudio contra un fondo verde mostrando mucho detalle de las mismas.
Sin dudas su antecesora tuvo un imperativo masculino, pero en esta ocasión, la mujer no solo hace su despliegue de táctica si no que también salta a la batalla, en este caso en las botas de Artemisia quien no sólo tiene la actitud sino que también se banca unos cuantos palos a la hora de defenderse. Sin dudas Eva Green logra llevar el papel muy cómodamente agregando su belleza al personaje. Junto con ella vuelve a hacer su aparición Queen Gorgo (Lena Headey) quien retoma su lugar como Reina y heredera del mejor de los ejércitos de toda Grecia, Esparta.
Mucha acción, música tribal de fondo, un poco de sexo rudo y mucha, pero mucha sangre salpicando la pantalla (EN 3D!) es lo que verán en esta película que puede entretenernos durante casi 2 horas sin tener que esforzarse en la trama o en la rigurosidad histórica (ni hablar de los griegos o atenienses hablando en inglés e insultándose de maneras muy modernas).
Si se lo toma por lo que es (una adaptación del cómic de Frank Miller llamado “Xerxes”, el cual no ha salido al público, y hasta el momento ha sido utilizado simplemente como un muy elaborado Story Board), pues entonces podemos disfrutar de esta película, que clasifica como bien pochoclera con su esperada dosis de acción, músculo y adrenalina.