3 días para matar

Crítica de Martín Chiavarino - A Sala Llena

Los okupas de la CIA.

El agente especial de la CIA, Ethan Renner (Kevin Costner) se ha distanciado de su esposa e hija los últimos cinco años debido a su riesgosa y estresante profesión. Cuando le es diagnosticado un cáncer cerebral y es dado de baja del servicio secreto, Renner intenta recuperar a su familia que vive en París, así descubre que su casa ha sido ocupada por unos inmigrantes africanos que le ofrecen compartir el derruido y abandonado hogar con una lógica de convivencia muy distinta a la del protagonista.

Renner parece abatido por la enfermedad y sus consecuencias físicas y acepta con entereza y resignación que le quedan unos meses de vida, pero la agente Vivi Delay (Amber Heard) lo recluta para realizar una nueva misión: asesinar a un contrabandista alemán conocido como El Lobo, a cambio del acceso a un tratamiento experimental que lo puede curar, en una forma de también redimirse del desastre de su último trabajo en Belgrado.

Ambas misiones, rehacer su vida familiar con su esposa y reencontrase con su hija, quien lo considera un padre ausente, y el asesinato de El Lobo y su cómplice, El Albino, se convierten en una odisea debido a los corolarios del cáncer, los efectos secundarios alucinógenos de la droga experimental y la dificultad de mantener ambos como compartimentos estancos.

Con una amalgama de acción y comedia, el guión de Adi Hasak y Luc Besson combina la violencia y el mundo del terrorismo internacional y los servicios secretos con dosis importantes de humor. 3 Días para Matar mezcla escenas de violencia innecesaria con la paternidad, convirtiendo al rol de agente secreto o “asesino en una misión peligrosa” en una cuestión socarrona que le quita todo el carácter áspero al género de acción.

Con una batería de bromas que van desde la imposibilidad de mantener un rol de padre tradicional hasta los conflictos generacionales alrededor de una juventud acomodada que cree ser el centro del mundo, el film dirigido por McG genera una sensación de entretenimiento agradable y ligero que elimina las barreras entre los amigos y enemigos, resaltando su calidad de padres, sus métodos de educación y la importancia de estar presente para los hijos en los momentos críticos de su formación y su paso a la adultez.