3 días para matar

Crítica de Diego Curubeto - Ámbito Financiero

Costner vuelve al ruedo como héroe de acción

Por culpa de megaproducciones como "Water-world", o tal vez por su sobrexposición en la pantalla, hace casi una década que Kevin Costner no tiene papeles protagónicos, lo que es una pena teniendo en cuenta que en sus buenos viejos tiempos hizo películas tan buenas como "Sin Salida" y sobre todo la ya clásica "Los intocables" de Brian De Palma.

Con "Tres días para matar", Costner vuelve al ruedo con el tratamiento de superaccion de Luc Bessson (el director es McG, pero el guión y todo el estilo obedecen al francés).

Costner interpreta a un agente de la CIA con una enfermedad terminal, que a esa altura está más preocupado por mejorar su relación con su esposa y su hija. Cuando le ofrecen un extraño canje, tomar una última y muy peligrosa misión a cambio de una droga experimental que podría curarlo, él acepta, lo que da lugar a una larga serie de peripecias que mezclan la acción con el humor al mejor estilo Besson, y permiten que Costner vuelva a lucirse, aunque tal vez no en el vehículo que necesitaba para volver a obtener el estrellato de otrora.

Es que es como si tuviera que lidiar con detalles que no son de su generación, como la ridícula agente que lo contrata, una Amber Heard muy sexy pero totalmente caricaturesca en su rol, además de varios villanos a los que el protagonista probablemente dobla en edad, lo que no impide que no pueda darles una buena pateadura y ponerlos fuera de combate en escenas un poco pasadas de rosca (Costner nunca fue un auténtico héroe de superacción, si no Stallone ya lo habría contratado para sus últimos films dedecados a juntar la fuerza musculosa de varios superastros del pasado).

Con todo, el film tiene momentos muy buenos, empezando por una espectacular persecución por las calles de París donde transcurre buena parte del argumento- y ofrece razonable reconciliacion de Kevin Costner con un personaje protagónico. La película es despareja pero tiene esos momentos de acción con el sello Besson que nunca decepcionan, además de contar con sólidos rubros técnicos, especialmente la fotografía y el montaje.