2012

Crítica de Carlos Rey - A Sala Llena

Definición de obsesión: Se trata de una perturbación anímica producida por una idea fija, que con tenaz persistencia asalta la mente. Y vaya si Emmerich esta obsesionado, desde Dia de la Independencia nos muestra su imaginario de la destrucción de las grandes ciudades. Esa obsesión va mutando en formas , desde amenazas extraterrestres , pasando por el calentamiento global y terminando en cumplimientos de profecías de destrucción del planeta , inundaciones , explosiones , lava , congelamiento , tsunamis , terremotos , huracanes da la sensación que Emmerich busca y va a prueba y error , con un presupuesto ilimitado puede darle rienda suelta a su obsesión y convierte sus películas en festivales de fuegos artificiales , casi no hay historia , o si la hay ( quizás alguna insistencia en tratar la relación entre padres e hijos varones , donde siempre el hijo termina viendo al padre como un héroe) termina siendo un MacGuffin que se utiliza como cáscara para mostrar su apetito por la destrucción.

En 2012 ya no hay términos medios , mientras en Dia de la Independencia se destruían las grandes ciudades y en El dia después de mañana la escapatoria era hacia el sur , acá Emmerich no deja salida alguna , pulveriza al mundo sin piedad ( los escapes de John Cusack y familia con la limo o el avión con el mundo , literalmente , cayéndosele en la cabeza son antológicos) y mas alla de la historia como cáscara para mostrar todo el despliegue , se intenta mostrar la ambigüedad del comportamiento humano ante una situación extrema ( mas allá de algunos personajes berretas como el ruso Karpov por ejemplo , gélido e inocuo villano) , destacándose el personaje que interpreta Chiwetel Ejiofor (Adrian Helmsley) típico personaje del cine americano que mantiene el equilibrio entre lo que sabe y lo que cree.

Lo peor es como siempre el Emmerich político , no llegando al nivel indignante de Dia de la Independencia ( donde recordemos que el 4 de julio se convertía en el día de la independencia mundial) pero mostrando a un presidente ( Danny Glover , claro , ahora con Obama se puede mostrar un presidente negro , mas allá de la herejía de Deep Impact la década pasada , era algo totalmente prohibido por los estudios) que se inmola con el pueblo y ayuda a una niña a buscar a su padre , pero sin ningún reparo de mandar a asesinar a cualquiera que quisiera contar algo sobre lo que estaba aconteciendo en el mundo , “Daño Colateral” le dicen. Eso si; por un pasaje en el barquito de la salvación se cobrará mil millones de euros. El mundo se termina pero el capitalismo continúa. Salvo algún personaje que lo cuestiona al pasar a nadie parece molestarle y “las empresas privadas que hicieron esto posible” como dice el personaje de Oliver Platt continuaran, aunque el mundo no este allí para contarlo.

Volviendo a la obsesión: siempre se hablo del fin del mundo, Virgilio dijo en su momento “El universo, sorprendido y aterrorizado, tiembla por temor de hundirse otra vez en la eterna noche”; hay una extraña añoranza de Emmerich de verlo convertido en realidad, y evidentemente se identifica con el Charlie Frost que interpreta Woody Harrelson; quiere subirse a la montaña mas alta y ver como el mundo se le cae encima.