12 horas para sobrevivir: El año de la elección

Crítica de Iván Steinhardt - El rincón del cinéfilo

“12 Horas para sobrevivir: El año de las elecciones” es, a esta altura, una insólita secuencia de películas bajo un género común, acción, pero con alguna bajada de línea de ribetes inusitados para el cine de Hollywood por la dualidad ideológica del planteo.
Las tres empiezan con un juego de incomodidad social, como si estuviésemos en presencia de relatos estacionales que retratan el nivel de violencia y rabia interna del ser humano de hoy, en una sociedad norteamericana que en pleno siglo XXI sigue amparándose en la primera enmienda para justificar la compra, portación, y uso de armas por parte de cualquier ciudadano que tenga dinero suficiente para hacerlo.
¿Y cómo se logra el éxito del negocio? Sembrando en constante miedo interno. Bombardeando a través de los medios con noticias sobre el salir a defender la democracia, o de prevención frente al cuco nuevo que en cualquier momento los puede atacar. Japoneses, coreanos, mexicanos, alemanes, árabes, extraterrestres… a todo le tienen miedo, entonces porque sacar una enmienda que “me permite defenderme del futuro invasor”.
En el imaginario de esta saga el enemigo es claramente interno. Estamos en un futuro cercano en el cual el gobierno instaló un día del año en el cual desde las 00:00, y durante toda la noche, están permitidos todos los crímenes: Robo, asesinato, y violaciones incluidos. ¿El objetivo político? Bajar la tasa de crímenes en el país y “terminar con la pobreza”. Esta es la parte “incorrecta” del planteo en el discurso.
La tercera parte corregirá todo porque este año el “enemigo”, de lo que ellos llaman el “día de la depuración”, es una senadora y futura candidata a presidente quien se opone tajantemente a esta política, luego de haber visto morir a su familia en forma despiadada y cruel unos años atrás. Un custodio estará a cargo del operativo durante la tristemente célebre noche de matanza.
Por supuesto que a esta tercera parte no le faltan golpes de efecto, una tensión construida a partir de la instalación de la información al espectador en el mismo comienzo, y el armado de dos o tres personajes de esos con los cuales uno se encariña, pero sabe que no todos van a llegar al fotograma final previo a los créditos.
El futuro no es prometedor en esta trilogía sobre todo cuando el juego se abre hacia el exterior. Ahora hay turistas de la depuración que llegan de todas partes del mundo para descargar ¿tensiones? ¿lo que supuestamente no puede hacerse en sus países?, "Aguante Estados Unidos" parece decir alguno de los recién llegados. todas las lecturas que se puedan hacer de esta secuencia estarán bien. El juego se abre aún más (perdón por lo de juego). Reirse para no llorar. Definitivamente 12 Horas para sobrevivir: El año de las elecciones, como entretenimiento, es un poco más optimista.