100 años de perdón

Crítica de Martín Pérez - DiarioShow

Robarle al ladrón

"100 años de perdón" cuenta la historia de un grupo de delincuentes que asalta la sede central de un banco en Valencia, España. Lo que parecía un robo fácil pronto se complica y provoca desconfianza entre los dos líderes de la banda por una de las cajas de seguridad. Las actuaciones de De la Serna y Tosar hacen que valga la pena pagar la entrada.

Un grupo comando de delincuentes, dirigido por El Uruguayo (Rodrigo de la Serna) asalta un banco de Valencia, España, aprovechando una falla en el sistema de alarmas. La banda no sólo está armada hasta los dientes sino que también carga explosivos en sus propios cuerpos, indicador que los delincuentes están dispuestos a todo. El líder cuenta con El Gallego (Luis Tosar) como genio en la logística de escape, y al Loco (Joaquin Furriel) y Varela (Luciano Cáceres) como especialistas en la apertura de la caja fuerte. Pero lo que era un atraco sin dificultades se ve boicoteado por la tormenta que azota la ciudad, ya que el agua tapa las cloacas que utilizarían como plan de escape. La policía los rodea y apura al grupo para que todo se solucione rápido y sin la baja de los rehenes. Si bien todos tenían sus posiciones bien determinadas, cuando el Gallego y el Uruguayo se dan cuenta que los dos buscan algo específico además del dinero en las bóvedas, todos empiezan a desconfiar de todos.

Tensión in crescendo

Desde el título del filme “100 años de perdón”, segunda parte del famoso refrán que inicia con “Quien roba a un ladrón...”, comenzamos a sospechar que algo se esconde detrás del operativo inicial para el robo. Sin embargo, la tensión aumenta de a poco y nadie sabe quién es el malo y quién es el bueno en este juego entre ladrones expertos. Esa virtud de aumento en el suspenso, con el correr de las escenas se convierte en su defecto, pues a pesar de las buenas intenciones, la amenaza inminente de hacer volar todo por el aire con los explosivos se refleja en el estancamiento de resolución del conflicto, y la bomba nunca llega a explotar.

Por otro lado, vale destacar la producción y la forma de narrar, gracias al director Daniel Calparsoro y la fotografía de Yosu Inchaustegui, que le dieron grandes aires al largometraje. Las actuaciones de De la Serna y Tosar, como contrapartes, hacen que valga la pena pagar la entrada de cine, tratándose de dos de los más grandes actores de nuestra generación y conviviendo impecablemente en la pantalla grande. Sobresaliente por momentos, exagerado en otros, está Joaquín Furriel, que es el encargado de la sección humorística de “100 años de perdón”, aunque eso no baste para que, en la parte de acción-thriller, todo sea un tanto más llano en los giros de la historia, sólo haciéndose fuerte en los tonos de lo previsible.