007 Spectre

Crítica de Hugo Zapata - Cines Argentinos

Y un día el glaciar se derritió.
Con este segundo trabajo del director Sam Mendes en la saga quedó claro al final que el problema no era Daniel Craig, sino el modo en que se abordaron los conflictos y los personajes en Casino Royale y Quantum of Solace.
Cuando Craig dejó de encarar a 007 como un salieri insulso de Jason Bourne para darle vida al tradicional agente secreto de Ian Fleming, el verdadero James Bond del cine resurgió otra vez.
Spectre expande la resurrección de Bond que Mendes presentó en Skyfall y brinda una película épica que le dio un cierre de lujo a esta nueva etapa que se inició en el 2006.
Si después el actor decide hacer una película más es otra cuestión. Por lo pronto, en este capítulo concluye el arco argumental que se había iniciado en Casino Royale.
Un detalle muy interesante, ya que fue la primera vez en la historia de esta franquicia que la etapa de un actor presentó filmes conectados entre sí.
Si bien en el pasado hubo películas que hicieron referencia a producciones previas, por lo general los argumentos tenían conflictos independientes.
Eso no sucedió con la etapa de Daniel Craig donde las tramas de las cuatro películas que protagonizó estuvieron muy conectadas entre sí.
A tal punto se da esta situación que si no llegaste a ver Quantum of Solace y Skyfall en esta nueva entrega te quedás afuera de algunos detalles importantes de la historia.
En principio la gran novedad de Spectre pasa por la labor de Craig, quien se soltó mucho más como actor para divertirse finalmente con el personaje.
Hace unos años hubiera sido impensable ver a este artista en una escena donde se homenajea al mejor Roger Moore de Vive y deja morir y La espía que me amó en el final de una secuencia de acción.
En esta película nos encontramos con un Craig más simpático y ameno que finalmente logró acercarse al verdadero espíritu del personaje de Fleming. Si querés ver a un matón frío y deprimido que sólo se dedica a matar gente con métodos violentos o una historia donde el momento más emocionante pasa por un juego de cartas, Bond no es lo tuyo.
En ese sentido, creo que Sam Mendes encontró el equilibrio perfecto en los dos filmes que hizo hasta ahora.
Spectre jamás cae en los momentos de estupidez de Otro día para morir (Pierce Brosnan) o la infame Octopussy (Moore), donde Bond se disfrazaba de cocodrilo, pero captura a la perfección la emoción y el entretenimiento que tuvieron los grandes clásicos importantes de la saga.
Si bien Daniel Craig esta vez tiene más comentarios graciosos, en su interpretación jamás convierte al personaje en un chiste y mantiene el perfil de anti-héroe que había presentado en Casino Royale.
La única diferencia es que ahora Bond es realmente Bond.
Para los fans que recuperamos el entusiasmo en Skyfall el nuevo trabajo de Mendes es la gloria porque incluyó un montón de elementos nostalgicos y situaciones que se le venían pidiendo a esta saga.
Si sos un amante de esta serie las secuencias de acción de la nueva película (muy especialmente una maravillosa persecución automovilística en Roma) te roban más de una sonrisa.
Debo mencionar que Spectre tampoco es perfecta y tiene sus debilidades.
Por un lado la horrenda canción de Sam Smith que parece concebida para un melodrama romántico y quedó completamente fuera de contexto después de la tremenda secuencia de acción inicial.
Una gran pifiada de los productores.
También resultó decepcionante el imperdonable desperdicio de Monica Bellucci, quien aparece menos de cinco minutos en el film. Una lástima que los guionistas no pudieron encontrarle la vuelta para que ella se destacara más en la trama
A la organización Spectre (que no tiene nada que ver con la de las viejas películas) también le faltó un poquito más de desarrollo en el guión y nunca llega a lucirse como debería. Sobre todo porque el eje del conflicto estuvo puesto en la relación entre Bond y Ernst Blofeld, el clásico villano de 007 interpretado por Christoph Waltz.
El actor, que ya cuenta con experiencia en estos roles, presenta un buen trabajo como Blofeld si bien nunca llega a robarse ninguna escena como lo hizo Javier Bardem en Skyfall, con un villano mucho más sólido.
Reitero, ninguna película de Bond es perfecta y siempre se encuentran elementos débiles en los argumentos.
Acá lo importante pasa por otro lado.
Spectre retomó el verdadero espíritu del cine Bond que muchos amamos de esta saga y se había perdido en el inicio de esta nueva etapa del agente secreto. Muy especialmente en Quantum of Solace.
Sam Mendes volvió a poner las cosas en orden y aportó otra gran película que se concibió para ser disfrutada en la pantalla grande.
Spectre es una celebración del cine tradicional de 007 y le hace justicia a uno de los grandes íconos del cine de acción que se extranó muchísimo en los últimos años.