Se trata de la primera película rusa que retrata las secuelas de la explosión de uno de los reactores de la central nuclear de Chernóbil, ubicada en el norte de Ucrania pero que entonces pertenecía a la Unión Soviética. El accidente nuclear es considerado como uno de los peores de la historia por sus efectos en la población y en el territorio. En esta película del joven director ruso Danila Kozlovsky (36), también protagonista del filme, se relata la historia de Alexei, un bombero que a punto de retirarse para dedicarse a su vida personal, se ve inmerso en el operativo a partir del cual un grupo decide arriesgar su vida para evitar que el desastre ambiental generado por la explosión se expanda de forma peligrosa. Así, Alexei junto a Valery y Boris deciden formar parte de una misión en la cual deben drenar el agua de un depósito que se encuentra debajo del reactor 4 (lugar donde se generó la explosión). Las posibilidades de salir con vida son ínfimas, pero cada uno de ellos tiene sus motivaciones para seguir adelante con la misión. Kozlovsky alterna la película entre dos grandes ejes, la preparación y ejecución de la misión encomendada para evitar la propagación del desastre, y el drama familiar que el protagonista atraviesa en su faz personal. El director-protagonista pone el foco dramático en su personaje y en lo que debe vivir desde lo físico por un lado, y lo sentimental por otro, pues tras la tragedia no es solo su seguridad la que le preocupa. MALAS DECISIONES No se puede discutir que la temática que atraviesa el filme es interesante: Una tragedia nuclear como Chernóbil resulta convocante, por su contenido y relevancia histórica y también por el éxito que tuvo la miniserie creada por Craig Mazin y Johan Renck en 2019, que arrasó en la temporada de premios de aquel año y que fue alabada por la crítica especializada. Sin embargo, en este filme nada de eso ocurre, la ejecución es una serie de malas decisiones que lejos de atrapar al espectador, lo repele. El guion y las mediocres actuaciones nivelan para abajo una película con un presupuesto muy alto pero que no alcanza las expectativas más elementales. Kozlovsky lleva adelante un trabajo demasiado pretencioso, desea relatar cómo nace el drama familiar de su personaje y dotarlo de matices, y por otro lado contar con lujo de detalles las secuelas del accidente, la preparación del operativo, las motivaciones de los integrantes del equipo, todo esto enmarcado en un contexto de caos social, personas infectadas, hospitales saturados, etc. Es tanta la información que el director decide plasmar en su obra que todo se vuelve un raid agotador de estímulos visuales y música extradiegética (recurso utilizado de forma reiterativa). Si bien el filme tiene algunas secuencias logradas, sobre todo en lo que refiere a las escenas de la catástrofe y de la misión, estas se ven opacadas por el uso de planos fijos sostenidos por varios segundos sin sentido y la música colocada para generar aún más drama. El guión de Elena Ivanova y Aleksey Kazakov es elemental y no le aporta al filme el interés y la profundidad que un tema como el que toca necesita. DOBLAJE Otro aspecto que distrae (y mucho) es el doblaje al inglés de la película, y los subtítulos al español. En primer lugar genera confusión escuchar a todo un equipo de actores rusos hablando en inglés, y peor aún leer que los subtítulos en varias ocasiones no concuerdan con lo que se escucha. Este aspecto atenta contra un filme de por sí fallido. Por más presupuesto que tenga, 'Chernóbil: la película' tiene serios problemas en su ejecución y concepción, lo que la transforma en una propuesta fallida.
Tras su estreno en la Mostra de Venecia este año, llega a las salas de cine 'El último duelo', basada en la novela homonima Eric Jager, en la cual Ridley Scott lleva a la pantalla grande la historia de Jean de Carrouages, su esposa Marguerite y Jacques Le Gris. Francia, 1384. En los primeros planos de la película dos caballeros se preparan con sus armaduras, cascos y lanzas. Las escenas sucesivas dan a conocer que quienes están a punto de batirse a duelo son Matt Damon y Adam Driver, protagonistas de este filme. La escena con la que Scott ('Alien, el octavo pasajero', 'Blade Runner') decide comenzar la película atrapa al espectador y lo coloca frente al primer interrogante: ¿qué pasó para que esto terminara así? A lo largo de las siguientes dos horas y media, Scott nos traslada unos años atrás para contar la relación entre Jean de Carrouages (Damon) y Jaques Le Gris (Driver), entrañables camaradas que batallaron juntos en el marco de la Guerra de los Cien Años hasta que el destino y las elecciones personales (conveniencia de por medio) los separaron. El devenir de diferentes hechos ensanchó el vínculo entre ambos, y esas diferencias que los caracterizaban se volvieron irreconciliables. Scott se basa en la novela de Jager para construir con precisión no sólo el vínculo de los dos protagonistas sino también el contexto que los atraviesa, sus ideales y búsquedas (económicas, morales, sentimentales). Un hecho puntual funciona como detonante de la trama: la confesión de la tercera gran protagonista de esta historia, Marguerite de Carrouages (Jodie Comer), esposa de Jean y víctima de un acto salvaje cometido por Jacques Le Gris. VERSIONES Como en la vida misma, cuando un hecho grave ocurre lo más lógico es escuchar los diferentes testimonios sobre lo acontecido, las posibles verdades e impresiones. Scott, de manera precisa e inteligente, estructura la narración en tres para que el espectador pueda ver las versiones de los hechos de acuerdo a la voz y la cabeza de cada uno de los protagonistas: Jean, Jacques y Marguerite. Así, cada versión se tiñe con las valoraciones de cada uno de los personajes, ciertos detalles se harán presente en una versión y permanecerán ocultos en otra. Lo que funciona como una repetición se convierte en una versión similar -pero distinta- de lo que acontece. El desenlace nos lleva al comienzo del filme, a aquella primera escena, para exponer cómo el honor, el poder y la gloria frente a los otros se materializan en una batalla a muerte. Scott, experimentado y notable director, muestra su habilidad para narrar historias, dirigir actores y recrear épocas. RECREACION Todo en esta película funciona como un reloj y el espectador se adentra en la trama desde el comienzo. La recreación de Francia en el contexto de la Guerra de los Cien Años es impecable, así como las escenas de acción y batallas cuerpo a cuerpo, y las escenas rutinarias dentro de los castillos, donde los hombres poderosos y déspotas controlaban todo y disponían de lo que querían cuando querían. Jodie Comer interpreta un personaje sensible pero con una convicción y fuerza notable. Su rol le da sentido a la historia pues es su palabra, su verdad, la que altera el status quo y estalla el conflicto. El trabajo de la actriz de 'Killing Eve', junto al de Matt Damon, Adam Driver y en un rol más pequeño pero destacable Ben Affleck (Pierre d'Alençon en la ficción), hacen de `El último duelo' una película magistral desde el punto de vista actoral. Scott se apoya en los actores y en un sólido guion para dedicarse a narrar esta historia. Cuida los detalles, las formas y los momentos clave para generar en el espectador la angustia y la adrenalina constante que el filme ofrece. 'El último duelo' es una película que retrata de forma notable un caso conocido en la historia de Francia en donde el valor de la palabra y la acción de la justicia resonaron. Una historia que pone el foco en la voz de la mujer, pero también en lo que los hombres son capaces de hacer para defender su palabra y su honorabilidad. Calificación: Excelente
A lo largo de sus seis temporadas, "Los Soprano" se ha convertido en una de las series más exitosas de la historia en Estados Unidos. Aclamada por la crítica y el público, la ficción ha ganado numerosos premios. Catorce años después de la serie, su guionista y creador, David Chase (quien también escribió el guion de esta película, junto a Lawrence Konner), relata aquí la historia de una familia involucrada en la mafia de Newark, Nueva Jersey, a finales de los años "60, caracterizada por el odio racial y la continua lucha entre las pandillas por el poder y el territorio. En ese contexto, el filme retrata la niñez y adolescencia de Tony Soprano (Michael Gandolfini), nacido y criado en un ambiente donde el crimen y la violencia eran moneda corriente, sobre todo de la mano de su mentor, Dickie Moltisanti (Alessandro Nivola), personaje principal al que recurre Alan Taylor para llevar adelante el filme. A través de la historia de Dickie y su red de contactos, amores y enemigos, Taylor construye una historia sólida y compleja. Las relaciones personales y de poder que desarrolla la película son muy variadas y responden a diferentes intereses. Es interesante esta precuela porque funciona también como un producto único independiente de la reconocida serie. CONVERSION Sin Dickie, Tony Soprano no hubiera podido convertirse en el jefe de la mafia. La película no refleja esa conversión, cómo ese adolescente casi inexpresivo se transforma en lo que la serie luego desarrolla, aunque sí da ciertas pistas para poder inferir cómo la devoción que Tony sentía por Dickie lo llevó de alguna manera a seguir sus pasos. "Tu consigues todo lo que quieres", le dice el personaje de Tony a Dickie con ojos de fascinación. Sin ninguna motivación ni ejemplo a seguir en su propia casa, Tony ve en Dickie una figura ideal para poder obtener lo que desea. El reconocido elenco compuesto por actores estadounidenses e italianos representa con logradas actuaciones los variados personajes que la película expone. La producción de "Los santos de la mafia" es impecable, y uno puede remitirse a partir de su realización y narrativa a clásicos del cine como "El Padrino" o "Buenos muchachos". Posee el filme una gran dosis de violencia y también ilustra ciertos dramas personales, pues Dickie y su entorno se ven involucrados en otros asuntos que escapan estrictamente a los del negocio. Se recorren en la película un sinfín de situaciones inesperadas que atrapan al espectador. Una muy buena opción para disfrutar en pantalla grande.
'Undine', la última película de Christian Petzold ('En tránsito' -2018-, 'Barbara' -2012-) llegó a nuestro país esta semana en el marco del 21º Festival de Cine Alemán y el próximo jueves se estrenará en cartelera. El guionista y director alemán de 61 años nos presenta aquí un sólido drama romántico tan poético como desgarrador. Undine es el título de la película y también el del personaje central de este relato, una historiadora que ama pero no es correspondida como lo desea. Sin embargo, pese a lo que ese sentimiento pudiera producirle, el destino la cruza con un hombre con el cual se funde en una relación profunda e intensa en la cual se siente plena. Petzold se toma su tiempo para reflejar la relación entre Undine y Christoph, interpretados por los extraordinarios Paula Beer y Franz Rogowski. Durante la primera parte, el filme bucea en los matices de este vínculo, para virar hacia un desenlace donde el director expone una arista más dramática y poética. Cargada de metáforas y sutilezas, 'Undine' mantiene un ritmo tal que el espectador se adentra en la particular sintonía de la historia desde el primer momento. Los planos, la fotografía y la música generan climas únicos que acompañan la trama. Paula Beer compone un personaje femenino susceptible y fuerte. Los primeros planos le muestran al espectador la expresión de los ojos de este rol complejo que la actriz encarna con compromiso y entrega. MITO Y LITERATURA 'Undine' tiene una carga poética interesante desde su concepción pues el personaje obedece a un mito (ondina significa 'ninfa acuática de espectacular belleza'). Petzold afirmó que se inspiró en un capítulo de un libro de Peter Von Matt (escritor suizo ganador del Premio Johann Peter Hebel) en el que se relata la historia de una criatura acuática. Las influencias literarias del director se plasman con sutileza y compromiso. Petzold desarrolla el romance y visibiliza el drama con claridad, a la vez que permite que el espectador reflexione sobre lo poético que resulta el mensaje en la historia. Es una película bella, de gran fuerza narrativa y con dos personajes muy potentes. Petzold convoca con 'Undine' a los cinéfilos y amantes de la literatura, y también a quienes quieran emocionarse con una historia de amor única y desgarradora. Calificación: Muy buena
James Wan es uno de los directores referentes del cine de terror. Su nombre está asociado a películas como 'El conjuro' e 'Insidious', aunque también ha dirigido otros filmes alejados del género ('Aquaman', 'Rápidos y furiosos 7'). A sus cuarenta y cuatro años el director, productor y guionista malayo ha forjado una carrera muy interesante y con sello propio. En 'Maligno', su última película, presenta una historia que no sale airosa en su ejecución por el exceso de contenido, géneros y sorpresas. Que a Wan le atraen los efectos especiales y los sabe usar es algo obvio, lo ha demostrado en buena parte de su filmografía. También sabe manejar los géneros cinematográficos de acuerdo al tipo de película que encara. En 'Maligno' se junta todo, lo que él conoce, lo que le interesa y lo que puede hacer, aunque eso no significa que el resultado sea positivo. 'Maligno' cuenta la historia de Madison (Anabelle Wallis), una mujer que lucha por mantener su embarazo tras haber perdido dos anteriores por abortos espontáneos. Una noche, Madison es agredida por su pareja y a partir de ese momento comienza a tener visiones de diversos asesinatos repletos de sangre y violencia explícita, que resultan ser hechos reales que suceden al mismo tiempo que ella los ve. Los motivos por los cuales esto sucede y lo que Madison descubre y recuerda a medida que avanzan los 111 minutos de duración de la película son cuestiones que no deben ser reveladas, pues en 'Maligno' nada es lo que parece y cualquier spoiler puede ser letal. EN EQUIPO En los rubros técnicos Wan eligió trabajar son sus frecuentes colaboradores: el director de fotografía Don Burgess y el editor Kirk Morri ('Aquaman', 'El conjuro 2'), la diseñadora de producción Desma Murphy ('Rápidos y furiosos 7') , así como la diseñadora de vestuario Lisa Norcia ('Insidious: La última llave'). La música de Joseph Bishara es un elemento relevante en 'Maligno'. Punzante, incómoda, potente. No es variada, son unos acordes puntuales que resuenan de forma previsible en varias escenas. Llega a ser insoportable por momentos y es claro que es lo que Wan buscaba generar. Un sonido extradiegético muy bien utilizado en la película. Wan plantea una idea original, delirante en gran medida, pero sin dudas particular. Para contarla decide recurrir al giallo, subgénero cinematográfico a través del cual logra escenas memorables, pero que se ven desdibujadas a lo largo de la película cuando deja lugar a elementos del cine slasher, el thriller, el gore. Es demasiado para una sola historia. 'Maligno' se transforma así en un non-stop de sangre a litros, deformidades, muertes con un nivel de violencia extremo, que se presentan de forma abrumadora y sin respiro, como si la calidad de la película dependiera de cuán extremo y cuántos recursos pueden surgir en ella. Sin duda, habrá un público que disfrutará 'Maligno' porque todo el tiempo la película funciona a un ritmo vertiginoso. Wan escribe, produce y dirige este filme con una gran dosis de delirio. El ritmo pausado que el director construyó en las entregas que dirigió de la saga 'El conjuro' (1, 2) acá no aparece. Es evidente que decidió ir por todo y se alejó de cualquier estructura para dar rienda suelta a su creatividad. Wan dará que hablar y eso se agradece, más allá del resultado final.
Por Manuel Germano. Un heroe asiático con un pasado familiar tormentoso es la nueva estrella del mundo Marvel que llega a los cines, y con él, una mirada interesante sobre la comunidad asiática de San Francisco, leyendas milenarias y efectos visuales muy bien logrados. Shan-chi, sí. Poster oficial de la película. Shang-Chi (Simu Liu) es un treintañero que vive en San Francisco y trabaja como valet parking en un hotel de lujo hace años junto a su inseparable amiga Katie (Awkwafina). Ha decidido ocultar un pasado cargado de dolor, hasta que su cotidianeidad se ve afectada por la aparición de un grupo de asesinos enviados por su padre Xu Wenwu (Tony Leung), quien más allá de detentar el poder increible que le otorgan los “diez anillos” necesita algo que solo sus hijos tienen para lograr aquello que desea. Luego de muchos años sin mostrar quien realmente es, Shang-Chi se aventura en un viaje lleno de reencuentros, luchas, descubrimientos y emoción. Destin Daniel Cretton tiene claro que contar, y si bien por momentos “Shang-Chi…” puede resultar abrumadora por sus excesos narrativos y visuales, logra mantener la armonía y se convierte con solidez en una película de aventuras, con dos personajes protagónicos muy bien delineados, efectos visuales impecables y la dosis correcta de acción y humor. Las escenas de lucha cuerpo a cuerpo y batallas en el campo son impecables, Cretton nos traslada de un “mano a mano” en un bus por pleno San Francisco, a un ring en Asia y luego a un pueblo con animales fantásticos y una dragona poderosa. ¿Parece mucho? Quizás lo sea, pero todo está bien articulado, tiene un hilo conductor claro y lo más importante, nunca deja de entretener. Shang-Chi (Simu Liu) in Marvel Studios’ SHANG-CHI AND THE LEGEND OF THE TEN RINGS. Photo by Jasin Boland. ©Marvel Studios 2021. All Rights Reserved. La dupla de Simu Liu y Awkwafina es hipnótica, sus personajes son entrañables y muy humanos. Más allá del argumento principal de la película, “Shang-Chi…” también trata de la amistad, de los lazos de familia, de poder perdonar al otro y de seguir adelante. Estrenada en cines sin pasar por plataformas, la última producción de los estudios MARVEL sorprende por su calidad y actuaciones, se destacan los trabajos de Tony Chiu-Wai Leung, Michelle Yeoh, Fala Chen y Meng’er Zhang. Los efectos visuales y las escenas de lucha son impecables, el equipo técnico detrás de estos aspectos es numeroso y la calidad del producto da cuenta de ello, tal como suele pasar en este tipo de películas. “Shang-Chi, la leyenda de los diez anillos” llega a los cines para entretener durante poco más de dos horas a todo el público. Verla en el cine no solo es la única opción disponible (pues no estrenó en simultáneo en ninguna plataforma de streaming), si no que es lo ideal. Opinión: Muy buena.
'Reminiscencia' es la última película protagonizada por Hugh Jackman y Rebecca Ferguson (quienes ya trabajaron juntos en 'El gran showman'), en el cual la directora Lisa Joy invita a adentrarse en una historia de amor, conspiraciones, venganza y recuerdos, una mezcla de géneros del cual no venta airosa. Ambientada en una Miami arrasada por la guerra y el empoderamiento de los terratenientes, Joy presenta a Nick Bannister (Jackman), un investigador de la mente que recibe clientes que desean volver el tiempo atrás en sus recuerdos para intentar vivir nuevamente un determinado hecho; de allí el título del filme. Un día como cualquier otro, Bannister conoce a Mae, una seductora mujer que lo va a ver para intentar recordar dónde dejó olvidadas unas llaves. A partir de esta visita comienza a tejerse el hilo dramático de 'Reminiscencia'. Joy expone, por un lado, la relación de Mae con Bannister, pero también traza líneas dramáticas paralelas: asesinatos, historias ocultas, venganzas. El personaje de Jackman se ve envuelto en una investigación que acapara no solo su energía y su tiempo sino también sus sentimientos más profundos. El amor y la desesperación por saber la verdad atraviesan a Bennister que, ciego de los riesgos que debe enfrentar, termina tomando una decisión arriesgada. LO OBVIO En definitiva, 'Reminiscencia' expone lo que las personas son capaces de hacer por mantener vivos los recuerdos más añorados; ese es su mensaje más profundo. Claro que los recursos que la directora decide utilizar complejizan el conjunto y le aportan a la historia una densidad que no es necesaria. En su extensión de casi dos horas se subrayan mensajes e ideas que se vuelven reiterativas. En su pretensión de querer llenar las propuestas que arroja, 'Reminiscencia' cae en lo obvio. La frase menos es más es pertinente en esta película que tiene buenas intenciones pero que no logra sorprender ni conmover. Si 'Reminiscencia' entretiene lo hace por el reparto con el que cuenta. Hugh Jackman y Rebecca Ferguson componen dos personajes impecables; ambos tienen una química que traspasa la pantalla. Las escenas que los tienen como protagonistas son absolutamente creíbles y la directora aprovecha los recursos dramáticos de la pareja. Acompaña una sólida Thandiwe Newton, cuyo personaje posee una historia rica en matices, en la que lamentablemente no se profundiza demasiado. Calificación: Regular
Este jueves llega a las salas de cine “La panelista”, una coproducción argentino – chilena de la mano del director Maximiliano Gutierrez (“Eso que nos enamora”, “Tokio”), que pone el foco en los limites inimaginables que cruza una panelista de un programa de chimentos para intentar mantenerse en el lugar que cree que merece. La película cuenta con un variado elenco que tiene a Florencia Peña como protagonista, acompañada por Favio Posca, Soledad Silveyra, Diego Reinhold, Laura Cymer, Gonzalo Valenzuela, entre otros. Que la televisión se maneja por el rating momento a momento, y que sus realizadores son capaces de cualquier cosa por llevarse los mejores números de rating de su franja es algo que todos sabemos. Que en los programas de chimentos el panelista que trae la noticia “más importante” (en función de lo que a ese programa le interesa, claro) es el que puede tener más minutos en pantalla en comparación con el resto, también. Gutierrez decide llevar esas premisas a la pantalla grande a través de la historia de Marcela Robledo, una panelista de un programa de chismes que descubre una noticia que la puede transformar en la estrella del canal: la verdad sobre lo que le aconteció a un galán chileno es una primicia que ella tiene y que decide contar. Los límites que cruza, sin embargo, son demasiado riesgosos. Si bien la trama es básica, uno podría esperar de la película una comedia ácida sobre lo que sucede puertas adentro de un canal, con ciertos guiños y porque no “criticas” al mundo del espectáculo y de los panelistas, el rating, la competencia, los “casting sabana”, etc. Sin embargo “La panelista” se arriesga mucho más y el saldo no es positivo. Gutierrez lleva las situaciones que relata la película a un extremo tal que la torna inverosímil. Los hechos que acontecen son tantos y tan continuos que no se hace hincapié en ninguno de ellos, pues son tratados con una superficialidad que repele. Los personajes, casi caricaturescos y sin profundidad, responden a estereotipos obvios y previsibles: el conductor estrella egocéntrico que no quiere ser reemplazado, la panelista que tiene su lugar por su relación con el líder del equipo, la oportunista que daría cualquier cosa por conseguir ese puesto que anhela, el “serio” del equipo al que no le dan el lugar que desea porque sus informes no rinden, y así cada uno de los roles. Si la idea era mostrar que este tipo de programas se rige por principios que son repudiables no hubiera sido necesario relatar una historia tan siniestra como ridícula (es decir, de acuerdo a la RAE “Que por su rareza o extravagancia mueve o puede mover a risa”). “La panelista” intenta enmarcarse a partir de un determinado momento de la trama en un thriller – pues el devenir de los diferentes acontecimientos así podrían haberlo permitido – pero todo acontece de forma tan efímera, superficial e intrascendente que esa intención queda en el camino, pues lo que menos genera “La panelista” es estremecimiento o emoción.
El director de “Fragmentado” (2016), “El protegido” (2000), y “El sexto sentido” (1999), entre otras películas, y quien también creó la serie que se puede ver en Apple TV, “Servant”, nos presenta en esta oportunidad un filme en el cual un grupo de huéspedes de un hotel de lujo son invitados a pasar un dia de playa en una reserva natural poco conocida y en la cual el “tiempo”, factor central en esta historia, transcurre de forma demasiado veloz como para sobrevivir más de un día. Shyamalan va directo al asunto principal sin demasiados rodeos. En un primer momento el director presenta el contexto en el cual se desarrolla la trama, un hotel resort ubicado en un lugar paradisiaco, y a la familia protagonista de la historia, un matrimonio a punto de disolverse con dos hijos pequeños. Por otro lado, otro dos grupos de huéspedes son presentados en breves escenas. Algo que caracteriza a los personajes de este filme son sus diferencias, el director ha decidido poner un foco muy importante en naturalizar las particularidades de edad, altura y raza de estos matrimonios y grupos familiares. La trama principal de “Old” transcurre en la playa a la cual estos grupos son invitados por el gerente. Al poco tiempo de estar allí comienzan a suceder una serie de eventos que parecen no tener relación entre sí y generan el caos y la confusión. Luego de ciertos detalles (quizás sobre explicados o demasiados obvios), el grupo comprende que el factor tiempo es su principal enemigo, pues en aquel lugar las horas son años y la vejez, las enfermedades o la locura no tardarán en llegar. Las consecuencias con el transcurrir de las horas traen consigo la tragedia, la desesperación y la muerte. Shyamalan construye a lo largo de sus casi dos horas de duración una película que sin dudas entretiene, la cantidad de sucesos que acontecen en la isla no dan respiro ni pausas, como tampoco lo da el tiempo. Si todo transcurre tan rápido y abruptamente entre los personajes de esta película es porque también lo hacen, y en esa inteligencia es que se desarrollan los hechos. Si bien la “Old” puede leerse como una invitación a reflexionar sobre el paso del tiempo, tambien puede pensarse de una manera menos profunda, eso dependerá de cada espectador y sus circunstancias. Más allá que la historia puede predecirse, mantiene al espectador atento a lo que sucede, expectante de cómo se desarrollará. Con recursos técnicos muy bien utilizados, como los planos de las cámaras, los fuera de foco y los PPP, el maquillaje y el uso del sonido, “Old” tiene a su favor un elenco de reconocidos actores que sostienen la intensidad que la trama requiere, entre ellos se encuentran Gael García Bernal, Vicky Krieps,Rufus Sewell, Abbey Lee, Thomasin McKenzie y Alex Wolff. “Old” es una película destinada a las grandes masas, a la pantalla grande y el pochoclo de por medio. No hay lugar en la historia para hacerse preguntas, todo está descrito y explicado. Cierto público no verá en esto un punto a criticar, pues si quieren que les cuenten un cuento, por más trágico que este sea, aquí lo tendrán. Más allá de esto “Old” no defraudará a los seguidores de Night Shyamalan, que son muchos, ni a quienes disfruten de este género de películas.
'Black Widow', dirigida por Cate Shortland ('Berlin Syndrome', 'Lore'), es la ultima película de la factoría Marvel, que llegó el jueves a los cines y también puede verse en la plataforma Disney + abonando el arancel correspondiente. En esta oportunidad, el espectador se asoma a la historia personal de Natasha Romanoff para conocer de dónde viene, resultados son sus vínculos familiares, y adentrarse en el personaje que ya hemos visto en otras películas del mundo Marvel pero del cual no se conocía tanto. La historia, pretenciosa pero bien ejecutada, remonta a la audiencia a la infancia de Natasha, su dura adolescencia y juventud. Tras un lapso temporal determinado la joven se transforma en una ex vengadora que regresa para poder acabar con el villano en cuestión: un ruso que ha logrado dominar a lo largo de los años a cientos deviudas negras(mujeres captadas y entrenadas bajo un régimen arduo y militarizado) y que se encuentran bajo sus órdenes. Para cumplir su misión Natasha se reencuentra con su hermana Yelena (Florence Pugh), otra ex-viuda negra que ha logrado escapar del ejercito de viudas. ADRENALINA 'Black Widow' no da respiro desde el comienzo. A lo largo de sus más de dos horas de duración la acción no da tregua, y si bien tiene momentos cómicos (de la mano de un efectivo David Harbour) y otros más dramáticos, en líneas generales es una película cargada de acción y aventuras, efectos especiales por doquier, escenas de luchas impresionantes y un sinfín de situaciones llenas de adrenalina y violencia. La dupla de Scarlett Johansson y Florence Pugh es una de las aristas más valiosas de la película. Ambas se hacen cargo del relato y de la mayoría de las escenas. Brindan dos performances destacables donde cada una logra lucirse por igual. El trabajo de Florence Pugh es extraordinario, la joven actriz tiene un futuro increíble por adelante y ya ha demostrado su versatilidad y compromiso en los diferentes papeles que le han tocado interpretar ('Lady Macbeth', 'Mujercitas'). El elenco principal lo completa David Harbour y Rachel Weisz, quien está un tanto desaprovechada en su rol. Los efectos visuales son excelentes y la banda sonora es un factor muy positivo de la película, trabajo de Lorne Balfe. La historia se desarrolla en múltiples ciudades y tiene una producción millonaria. En este caso, el presupuesto del filme fue de alrededor de doscientos millones de dólares. Cate Shortland se hizo cargo de uno de los tanques de Marvel para este año y logró un producto entretenido y lleno de acción.