DE QUÉ LUGAR ESTÁS En El candidato, el film dirigido por Daniel Hendler, el hijo de un empresario quiere lanzar su candidatura y con tal objetivo reúne a un grupo de asesores de marketing para que armen un spot e ideas de campaña para cambiar su imagen. Reunidos los personajes en un casco de estancia, la película avanza generando un clima tenso y paranoico: es que alguien quiere boicotear la imagen de Martín Merchand, y él piensa que es alguno de los que participan del encuentro. La película de Hendler tiene actuaciones realmente convincentes, como por ejemplo la de Diego de Paula (Martín) y la de José Luis Arias, en un personaje singular: interpreta a un jefe de seguridad con una voz finita que observa constantemente los movimientos de cada uno de los integrantes del equipo de trabajo. Además se luce Matías Singer como un diseñador gráfico que dice ser apolítico. Del humor negro al thriller psicológico, El candidato acierta en cada registro buscado gracias a una serie de diálogos y situaciones bien planteados. Por ejemplo, la escena en que un asesor de imagen le enseña a Martín cómo moverse y que lo delata de sus expresiones hace pensar en varios políticos actuales. Desde su film, Hendler pone el foco en los que quedan en el medio, los que no comparten ni un lado ni el otro; aunque en algún pasaje quede bien explicitado en qué lugar se pone.
EL TEMOR A LO EXTRAÑO Una serie de raras muertes, un detective que comienza a investigar y se deja influenciar por los chismes del pequeño pueblo, un solitario y extraño japonés al que vinculan con los crímenes. Y un torpe policía, que de a poco comienza una investigación que lo terminará enfrentando al extranjero, del cual no se sabe si es un brujo o una simple persona a la que se le acusa por miedo, en un duelo de creciente tensión. En presencia del diablo (título bastante inapropiado con la que se la conoce en la Argentina) es la nueva película de Na Hong-Jin, uno de los directores más interesantes del cine de Corea del Sur (The chaser y The yellow sea ya lo confirmaban). Algunas de las constantes de su cine vuelven a estar presentes: la llegada de un extranjero (como en The yellow sea) que siempre representa el mal o eso de lo que se debe desconfiar; y la negligencia de la policía para resolver los misterios o muertes (como en The chaser), que contribuyen desde diferentes vertientes a un clima de inquietud e inestabilidad permanente. Sin embargo, En presencia del diablo es su primera película con elementos que podríamos tildar de sobrenaturales y que la pueden acercar al cine de terror. La duración (es bastante larga, característica del cine de género en Corea del Sur que no siempre le da buenos resultados) esta vez funciona por el quiebre que la película tiene de la mitad en adelante, que resignifica lo visto previamente y potencia los minutos finales. Es una gran secuencia, construida en base a un montaje paralelo que exhibe los rituales del chamán traído al pueblo para combatir el mal y el extraño japonés. Film efectivo, que sostiene su premisa sin problemas, En presencia del diablo es una nueva muestra de la capacidad del cine surcoreano para construir una mirada propia sobre diversos géneros, a los que les otorga una mixtura sumamente distintiva.
EL MODELAJE COMO FORMA DE SUPERACION Guido Models es una agencia de modelos de la Villa 31 de Retiro, proyecto de Guido Fuentes, un modisto boliviano que ayuda a chicas de escasos recursos a iniciarse en el mundo del modelaje. El documental muestra algunos de los eventos que realiza dentro del “barrio 31” como el mismo Guido le dice, la compra de tela para sus vestidos, la creación de los bocetos y la elección de dos de sus modelos, Sonia León y Delia Cáceres, para ser parte de un desfile. La película de Julieta Sans está contada de forma muy concisa, muestra las actividades cotidianas de los tres personajes centrales, el modisto y las dos chicas, la preparación, el viaje y la llegada a un evento en Cochabamba. Todo esto en un mundo que es la contracara del glamour que habitualmente se ve en el ambiente de la moda profesional. En Guido Models los personajes son seguidos evitando que hablen a cámara, dándole de esta manera fluidez a lo que se cuenta. Hay humor involuntario, como cuando una de las madres de las modelos bolivianas le dice a Guido antes de un desfile que su hija se puso otro vestido porque lavaron el que él les dio y se le salieron las lentejuelas. El documental es un claro mensaje de lucha contra la discriminación y de superación de las personas ante lo adverso.
Lo importante es la familia… del heavy metal El documental de Lucas Calabró y Paula Alvarez es un intenso recorrido por la historia del heavy metal en el país durante las últimas tres o cuatro décadas, que se centra en la figura de Ricardo Iorio, una de las piezas fundamentales del género en Argentina (aunque los demás personajes tengan cosas que contar, indirectamente siempre se vuelve al líder de Almafuerte), junto a un espacio de mitificación fuerte para Pappo. Sucio y desprolijo: el heavy metal en Argentina comienza con los pioneros del rock nacional, y se habla de Manal y El Reloj como bandas de un rock más duro que fue lo más cercano a este movimiento en la década del 70. Los primeros dos que realmente tuvieron sonido e imagen de heavy metaleros fueron Riff y V8. Y un tema fundamental en ese recorte es la rabia que esa generación tenía en sus letras: Destrucción fue el título de una de las canciones más emblemáticas del período. Dentro de un obsesivo trabajo de investigación, se sigue la relación que tuvieron con la violencia, principalmente en las décadas del 80 y 90, algunas veces demasiado direccionada por los medios, otras por el mismo público que acrecentaba las diferencias de gustos con respecto a qué es heavy metal y qué no. El cambio de mentalidad de buena parte del público que se dio a fines de los 90, permitió que los padres puedan volver con sus hijos a los recitales, reforzando esa idea de familia que el documental potencia. Hay pequeños apartados muy interesantes, uno es la falta de mujeres en el género, que muchas veces se debió a esa imagen machista que se mostraba hacia afuera, aunque por suerte cambió mucho en los últimos años, como comenta Silvina Harris. Otro punto interesante es la tendencia a cerrarse como comunidad, lo que incrementa su sentido de pertenencia, pero a su vez los aísla un poco de otros públicos. Esta dicotomía se nota en las expresiones de algunos de los entrevistados y le da un aire sincero a este muy atractivo film.
Tu casa no es mi casa En la primera escena ya se ve que los roles están cambiados. La mucama cuida a un niño de una familia de clase alta de Sao Paulo, hace de madre, lo acaricia, lo abraza. Una llamada que recibe la mucama, de su hija diciéndole que está en otra ciudad, y el diálogo difícil que se da permite vislumbrar que la falta de contacto entre los personajes será uno de los temas principales de Una segunda madre, Anna Muylaert. El relato avanza y pasa el tiempo, por medio de la elipsis. El niño es un adolescente, pero sigue siendo criado por la mucama. Val (el nombre de la mujer) recibe la noticia que su hija Jessica quiere venir a la ciudad para anotarse en la facultad. La llegada de la joven, quien vivirá en la casa de los patrones de su madre por un tiempo, trae pequeños cambios a la vida de todos los integrantes de la familia. Una segunda madre lleva su peso hacia la gran actuación de Regina Case, quien sigue las órdenes de sus patrones sin contradecirlos, haciendo su vida pura monotonía. El cambio que produce la introducción de su hija a su casa/trabajo la hará cambiar de a poco. Todos en la familia, de alguna manera, buscan afecto. Hay un aroma a Teorema, de Passolini, dando vueltas por el ambiente: el personaje de la hija irá generando interés en la parte masculina del entorno, pero se queda ahí; es un intento que sirve para disparar hacia otro lado. Muylaert muestra un sector de la sociedad brasileña, lo describe bien, quizás se le puede criticar que remarca mucho la relación de la mucama con el hijo de su patrona. Tiene grandes momentos de humor, que ayudan a aflojar cierta sensación de que todo va a complicarse. Uno de ellos es cuando el padre se siente atraído/seducido por Jessica, la invita a comer a la mesa en la que sólo puede sentarse la familia y no la servidumbre. La interacción entre patrón/mucama a través de la puerta de la cocina y un conflicto con el gusto de un helado, funciona para marcar las diferencias entre lo que piensan la madre y la hija.
Historias de vida Hoy en día decir Barrio Chino en Argentina nos transporta a esas cuadras del barrio porteño de Belgrano. Y Arribeños, el documental de Marcos Rodríguez (el mismo de La educación gastronómica), se ocupa de recorrer ese espacio, de presentar a sus protagonistas y de lograr un acercamiento a ese lugar por medio de un puñado de historias de vida que merecen ser contadas. El documental cuenta sobre los orígenes, los primeros locales, supermercados, escuelas y la iglesia que con la camada de inmigrantes que llegaron a principios de los 80’s hicieron crecer de a poco el lugar. Pero también resaltan otras temáticas, como la discriminación que hacen los chinos hacia los taiwaneses, lo difícil de adaptarse al país (el idioma fue una de las complicaciones para los más viejos), lo cerrados que eran como colectividad, los primeros festejos del Año Nuevo Chino en el barrio, el intento por mantener su lengua con las nuevas generaciones, que de a poco la van perdiendo. Todo esto es contado por la voz en off de los protagonistas sobre imágenes de negocios, asociaciones, eventos que la comunidad tiene en la zona. Hay momentos divertidos como cuando cuentan que los nombres al español que recibieron no fueron por decisión propia o por readaptación de su nombre original a nuestro idioma, sino por decisiones arbitrarias tomadas por gente que se relacionaba con ellos (el mozo de un café al que concurrían al no saber pronunciar sus nombres les dijo “vos vas a ser Pablito y vos Carlitos”). Desde lo formal, Arribeños no trae nada nuevo al documental, pero son las historias y lo que sienten los entrevistados lo que le da vuelo a el film.
Costumbrismo que achica El número 5 de Talleres de Remedios de Escalada está cumpliendo una suspensión de varias fechas tras ser expulsado por una falta que le cometió a un adversario. Mientras espera volver para los últimos partidos del torneo, toma la decisión de retirarse del fútbol. Con estética de costumbrismo televisivo, de la que no puede liberarse del todo de sus clichés menos felices, el argentino radicado en Uruguay, Adrián Biniez, aborda en su segundo largometraje tras Gigante una historia pequeña, ambientada en un universo reconocible sin grandes picos dramáticos y con un humor que en ocasiones funciona. Mucho de lo bueno que ocurre en la película se debe a su pareja protagónica: Esteban Lamothe y Julieta Zylberberg (gran actriz que maneja interesantes recursos para la comedia) tienen química (como que son pareja en la vida real) para que sus diálogos no parezcan forzados e inclusive logren momentos muy divertidos. También, la película tiene una original mirada sobre la vida de jugadores de fútbol que no viven sólo de eso (el protagonista hace changas fumigando) y sobre lo que les sucede tanto a profesionales como amateurs, el famoso pozo depresivo luego de varios años haciendo lo mismo y no saber qué hacer con sus vidas cuando se retiran de la actividad. Pero El 5 de Talleres se pierde un poco desde su aspecto formal, al tener una mirada un tanto televisiva en el uso de planos, con la filtración de elementos costumbristas que no terminan de cuajar o hallar un aspecto renovado. En ese sentido, algunos chistes algo obvios pierden gracia (el que llama por teléfono al programa de fútbol mientras es entrevistado “El Patón”) y acercan la película al formato de una tira televisiva obvia.
Una matanza de zombies apenas divertida Mostrando a través de la comedia una Cuba más abierta o más tolerante a críticas, algo similar a lo que ocurría en los 70’s cuando los españoles usaban la expresión “dictablanda” para la apertura con cierto cine de género que mostraba el gobierno del general Franco, Juan de los muertos, de Alejandro Brugues, toma el subgénero zombie y lo introduce en el contexto de la isla caribeña. Un grupo variopinto, bajo el eslogan “Juan de los muertos: matamos a sus seres queridos”, tiene La Habana a su disposición para aniquilar zombies. Este contexto sirve para meter algunas ideas que funcionan (los institucionales del gobierno socialista, que quedan ridículos al hacer referencia a que el enemigo son grupos infiltrados de norteamericanos alentando disidentes) o la masiva huida en balsa desde la isla ante el estado de caos reinante. El actor y director de cine de culto cubano Jorge Molina es la revelación de la película con su personaje cercano en algunos casos al universo de Santiago Segura. Y si bien los efectos especiales tienen presupuesto, hace ruido el uso de digitalización en muchas de las escenas. Si bien como película divertida cumple, es justo señalar que Juan de los muertos, por su temática zombie, ha sido puesta en contexto -como siempre ocurre- con el cine de George Romero, aunque la gente de Farsa y su Plaga Zombie marcó tendencia al desatar el virus de los no muertos en Latinoamérica.
Noir contemporáneo a la paraguaya El lugar donde transcurre toda 7 cajas, esta gran producción latinoamericana dirigida por Juan Carlos Maneglia y Tana Schembori, es Mercado 4, una especie de La Salada paraguaya. Los realizadores, logran algo fundamental, que ese espacio se convierta en un personaje más. Sus puestos, recovecos, vendedores de diferentes nacionalidades, le servirán a Víctor, el protagonista, para escaparse y mantener a salvo las siete cajas que el dueño de una carnicería y sus ayudantes le recomiendan que saque a “pasear”, mientras la policía realiza un allanamiento en el lugar. Esta sorprendente película paraguaya (vista en el último Festival de Mar del Plata) es un thriller/policial contado con todas las herramientas que tienen a su alcance los realizadores: posee un ritmo veloz, no se detiene y logra que el espectador se enganche con los diversos giros de una trama que sabe contener, también, aspectos sociales que la hacen auténtica sin convertirla en chauvinista. El film de Maneglia y Schembori resulta un noir contemporáneo, en el que todos los elementos están aggiornados, siguiendo la escuela que hace más de una década volvió a poner en boga Pizza, birra, faso, dentro del cine latinoamericano. Es decir: una muy inteligente combinación de realismo social con cine de género, dándole a la tecnología (los celulares son tan preciados como el dinero) un gran protagonismo. 7 cajas tiene elementos para convertirse en una agradable sorpresa dentro de nuestra cartelera.
Una vida y sus misterios Más que interesante es el nuevo documental de Baltazar Tokman, I am Mad, acercamiento a la historia de Miguel Angel Danna, un hombre que ha vivido diversas tipos de experiencias, todas fundantes: su vida desde chico con padres separados; sus recorridos por el país con un ómnibus/casa rodante; un hecho trágico de la niñez que marcó su entorno familiar; su posterior ingreso a una secta, y su relación con el gurú que la lideraba; los vínculos con su mujer e hijos, y su padre. El director logra transportarnos a un estado onírico a partir de algunos pasajes que se salen del documental, y donde trabaja con algunos elementos visuales como imágenes de Miguel nadando con fondos que parecen proyecciones de un happening de los 60’s o el material promocional de la secta en la que el protagonista se involucró. El carismático personaje central y su entorno familiar (padre, novia) van aportando datos e interactuando, con lo que a medida que I am Mad avanza conocemos puntos de vista distintos sobre algunos temas que se van presentando. Sin dudas, un atractivo film que no es pretensioso y nos acerca a diversos temas poco frecuentes en el panorama actual de los documentales argentinos.