Zambezia

Crítica de Roque Anzalas - El Espectador Avezado

Antes de empezar a hablar de "Zambezia", cabe mencionar que salvo en contadas excepciones como lo son las películas de Hayao Miyazaki (Japón) o alguna que otra proveniente de Francia (Las trillizas de Belleville, El ilusionista), no es común que se estrenen comercialmente en nuestro país títulos animados que no provengan de los Estados Unidos y de los grandes estudios que dominan el mercado para los más pequeños, por lo cual que llegue a estos lares el primer film animado realizado en Sudáfrica (por Triggerfish animation studios, que comenzó su carrera produciendo publicidad), es toda una hazaña, más allá del resultado final.
Apenas comienza la película ya notamos dos importantes referentes en Zambezia. Buscando a Nemo (un hijo aventurero, una madre ausente, un padre sobre protector) y Ga'Hoole (la búsqueda de un lugar sagrado donde las aves puedan vivir en paz).
El joven halcón Kai vive apartado y en soledad junto a su padre Tendai, quien se resiste a la idea de que su hijo ya no es un niño y que pronto deberá emprender vuelo propio. Cuando por accidente reciben la visita de una antigua conocida de Tendai, la cigüeña Gogó, se abre una puerta a un pasado que éste había intentado olvidar y ocultar y que despierta la curiosidad del pequeño.
Tras una discusión entre padre e hijo, el pequeño decide abandonar el nido y partir a Zambezia en busca de aventuras y de respuestas, sobre su pasado y su madre principalmente.
Cuando finalmente llega al lugar se encuentra con un paraíso en donde miles de aves de todo tipo, tamaños y colores conviven en plena armonía y protegidas por el escuadrón de los huracanes, una especie de ejército que protege el lugar y al cual Kai no dudará en unírseles.
Pero cuando Tendai se entera de que los Marabúes (especie marginada por el resto) se han unido a un antiguo enemigo suyo, la iguana Budzo, y que planean atacar Zambezia, no dudará en ir a rescatar a su hijo.
La historia en si no es un despliegue de originalidad que digamos, pero lo compensa con una bien lograda animación repleta de una exquisita paleta de colores, bellos paisajes y una muy buena banda sonora. La falta de humor y guiños para la platea adulta seguramente hará que quienes acompañan a los menores se aburran un poco y empiecen a mirar de reojo el reloj a la mitad de la proyección. Pero eso no quita que los niños hasta ocho o diez años, la disfruten a pleno. Al fin y al cabo es a ellos a quienes apunta directamente la película.
Hay en el medio un interés romántico y un claro mensaje sobre la inclusión de quienes son diferentes, que bien podría ser la moraleja del film, pero la falta de personajes graciosos y un poco más de humor físico que tanto hace reír a los chicos le puede jugar en contra.
Por otra parte es una pena no poder disfrutar de la versión original con las voces de Samuel Jackson, Jeff Goldblum, Abigail Breslin y Richard E. Grant, entre otros.
Con armas nobles, pero insuficientes para competir con los grandes estudios de animación, Zambezia resulta un digno debut proveniente de Sudáfrica, aunque en el camino quede mucho por recorrer para llegar a las ligas mayores.