Yo sé lo que envenena

Crítica de Diego Curubeto - Ámbito Financiero

Divertida, ingeniosa, y no sólo para público “metalero”
Una comedia de costumbres “metaleras”, cuyos tres protagonistas admiran a la leyenda del heavy metal criollo, Ricardo Iorio.

Tres amigos escuchan música de cumbia que viene de la casa de unos vecinos. Se miran, con expresión grave y firme, van a buscar un parlante gigante, lo apuntan en la dirección de donde vienen los ritmos tropicales, y ponen hevay metal a todo volumen. Sin palabras, la escena de títulos es perfecta para presentar los tres personajes protagónicos y el tono de esta original, creíble y bien narrada comedia de costumbres metaleras, curiosamente sutil si se tiene en cuenta que ya desde el título, la leyenda del heavy criollo, Ricardo Iorio del grupo Almafuerte, es la fuente de inspiración del asunto.

Los tres amigos idolatran a Iorio, sobre todo el que toca la guitarra en una banda metálica, y sueña con ser telonero de Almafuerte, aunque los otros músicos cada vez suenan menos heavy. Otro es un aspirante a actor que no tiene mejor idea que ir a un casting para una obra de teatro y, en vez de preparar algo de Tennessse Williams, lanza la poética de Iorio a la que se refiere el título. Y el tercero es un motoquero que recibe el pedido de un ciego moribundo, luego de un accidente, para buscar a una tal Lucy y le diga que fue lo mejor que le pasó en la vida. Sólo que cuando luego conoce a chica, se le enciende el más romántico fuego metálico y se la trata de levantar.

En realidad, esta última historia de amor, metal y peces de colores (la chica trabaja en un acuario) es la anécdota principal de una serie de situaciones que en principio parecen deshilvanadas, pero que son los inteligentes hilos narrativos de una historia bien armada, que tiene un gran momento de comedia metalera cuando los tres "chabones" son invitados a la casa de campo de Iorio.

Es un gran momento, comparable a cuando Mike Myers conoce a Alice Cooper en "Wayne´s World". Tanto en actuaciones verosímiles, buenas y parejas de todo el elenco, y en imágenes atractivas pero nunca pretenciosas, esta película es toda una sorpresa. Y no hace falta ser metalero para disfrutarla, ya que básicamente es buen cine.