X-men: Primera Generación

Crítica de Tomás M. Luzzani - A Sala Llena

Los mutantes también nacen pequeños

Otra película de superhéroes, otra película basada en un comic, otra “franquicia” que se vuelve a comer de cero. Si ves películas desde 2000 o antes, sabes qué significa esto, no es la primera vez que pasa y no será la última. Ahora bien, aunque tal vez innecesario, esa movida de borrón y cuenta nueva ha tenido resultados interesantes. Sin tener la intención de desprestigiar las Batman de Tim Burton, la mirada de Nolan sobre el héroe de Ciudad Gótica es por demás interesante, y es la prueba más fácil de señalar que, retomar buenos personajes, vale la pena. Como si fuera poco, aquellos que son amigos de las novelas gráficas (Comics para el resto de los mortales), saben que esto es algo que pasa todo el tiempo, tanto en Marvel como en DC. Los personajes de historietas, han nacido y muerto tantas veces como historias ha habido para contar. Al final de cuentas, los superhéroes son solo una excusa para hablar de otra cosa, acá lo que importa es que tiene Matthew Vaughn para decir, y sobre eso me explayo.

La infancia puede ser dura, ser un “outsider”, un “rechazado”, no es fácil. Todos en algún momento nos sentimos así, pero lo interesante es como esto nos define, o en este caso, define a los personajes. Está quien se acepta su distinción, su naturaleza, quien se define por quien es, y está quien rechaza esta idea, y que se define por quien no es. Entre esos dos polos, en esos grises que se van abriendo, se van ubicando cada uno de los personajes de la saga, ya desde sus primeros pasos. Lo curioso de todo esto, es que esa definición, ese “quien soy”, no necesariamente mantiene una relación con el objetivo o meta del personaje. La riqueza de X-Men siempre estuvo en que, más allá de que siempre hubo una figura negativa, el villano no es, necesariamente un “malo”, sino que siempre fue un personaje que se para del otro lado de esa escala de grises. Esta versión de X-Men se dedica a explicar esos origines, situando al film como una suerte de espejo que nos devuelve la mirada de cada uno de los mutantes, no desde el punto de vista del ser humano, sino de cómo se ven ellos a sí mismos, y esta es una distinción que vale la pena hacer. Acá no hay una mirada sobre la legalidad, o metáfora sobre la discriminación, al menos no es sobre eso “de lo que va” la película. Aquí el eje es la identidad.

Este cambio de posición sobre la saga, en cierto punto similar al cambio que se dio con el hombre murciélago cuando lo tomó Cristopher Nolan, le otorgó a los mutantes, a falta de una mejor palabra, humanidad. X-Men: Primera Generación se aleja del festival de FX de los últimos dos largometrajes relacionados con el comic de Marvel, y se acerca a algo más emotivo y dramático. Digo esto sin tener la intención de hablar de la película como un drama, sino haciendo clara referencia a que lo que importa no es tanto lo que pasa en la pantalla, que de hecho es por demás entretenido, sino a que la verdadera riqueza está en aquello que le pasa a los personajes a nivel interno, la tensión que se construye entre quiénes son, quiénes creen ser, y como creen ser vistos. Eso es, de hecho, la esencia de la narración.

Una vez aclarado eso y yendo directamente a lo cinematográfico, Vaughn logró trasladar esa emotividad a la pantalla. Desde la paleta de colores, ya alejados de los trajes negros, la película propone y va construyendo algo distinto y fresco. El recambio de generación era un desafío para el casting, y debo confesar que si bien se alejan del registro actoral de los interpretes anteriores, el reparto logró adaptarse a las necesidades tanto del film como de los propios personajes, no me cabe duda de que no todos estarán felices con el camino tomado, pero debo decir que James McAvoy, Michael Fassbender y Jennifer Lawrence, lograron algo interesante, principalmente el primero. Dejando de lado el trío protagónico, tenemos a Kevin Bacon en un rol muy peculiar, ya que si bien es un actor que ha demostrado ser muy dúctil para trabajar en distintos géneros, logra un personaje muy rico de algo que tranquilamente podría ser un clisé. Siguiendo con lo actoral, estén atentos a los cameos, no solo de gente vinculada al mundo X-Men, sino a actores reconocidos en pequeños roles.

Si bien el film en su afán de dramatizar y darle humanidad a los personajes se topa con algunos detalles inconclusos y escenas que se podrían señalarse como defectuosas, el resultado es claramente positivo. Hay acción bien dosificada, acompañada por una narración encarada con inteligencia, generando un film entretenido y fresco, que no solo resiste la comparación con las X-Men de Singer sino que en más de un aspecto las supera.