X-men: Primera Generación

Crítica de Santiago García - Tiempo Argentino

Relato del origen de los mutantes

En esta nueva entrega de la saga, héroes y villanos son mostrados en sus orígenes y así se devela el camino que los llevó a convertirse en lo que son. Un festín de sorpresas y referencias, esta vez dirigida por Matthew Vaugh.

Dentro del universo de Marvel Comics, X-Men es sin duda una franquicia capaz de producir cantidades de películas, secuelas, precuelas y demás derivados. Aun así, y pese al notorio bajón de X-Men 3, las películas de la serie han mantenido cierta dignidad. Esta vez la historia es una precuela, es decir que narra eventos anteriores al comienzo de la saga. Los héroes y villanos de X-Men son mostrados en sus orígenes y se puede ver el camino que los llevó a convertirse en eso que luego todos los espectadores ya conocen. Sin duda hacer una precuela es algo que tiene sus problemas. ¿Cómo hacer algo entretenido e interesante cuando la mayoría de los espectadores ya sabe qué es lo que va a pasar más adelante? Bueno, el ingenio consiste en equilibrar la balanza entre lo que va a pasar y el cómo va a pasar. Todos sabemos en qué se convertirán los personajes, pero no sabemos cómo llegaron hasta allí. Así que de eso se encarga la historia, de narrar cómo los mutantes se conocen entre sí y qué eventos desencadenan los conflictos base de toda la serie. Con indudable astucia, la trama cuenta la historia de Charles Xavier y de Erik Lehnsherr, destinados a ser los dos personajes más poderosos de la saga, y la complementa con varias subhistorias con los diferentes conflictos de los distintos personajes, en particular Mystique y de Beast. Sin caer nunca en la confusión y con un equilibrio notable, la película no pierde nunca el rumbo ni decae en ritmo. Sí es cierto que hay muchas cosas previsibles, como ya se dijo, y que todos los caminos conducen a donde ya se sabe. Pero esto, lejos de molestar a los seguidores, es parte del encanto. Quienes sean admiradores de X-Men pueden prepararse desde ya para un festín, ya que la película está llena de sorpresas y de referencias por doquier. Y aunque el realizador de las dos primeras películas, Bryan Singer, no dirige esta nueva película, no se lo extraña tanto como se lo extrañó en X-Men 3. El director aquí es Matthew Vaugh, el mismo que dirigió Kick-Ass, una gran película de superhéroes que sorprendió el año pasado en las pantallas del mundo. Entretenida y espectacular, no se le podrá pedir eso sí mucho sentido a la confusión ideológica y las lecturas contradictorias de la trama. Tan sólo recordar la simple y no por eso poco importante, consigna estar orgulloso de lo que uno es, más allá de lo que opine el mundo.<