X-men: Primera Generación

Crítica de Martín Morales - MM Críticas

EL COMIENZO DE TODO

Las adaptaciones cinematográficas de los comics de "X-Men" dieron comienzo con dos primeras y muy buenas películas en el 2000, luego una tercera y no tan sorprendente parte en el 2008, y una precuela que contaba el origen de Wolverine, el mutante más conocido y popular de la saga, en el 2009. Una segunda precuela, ahora contando los orígenes de Charles Xavier y Magneto, vuelve a proporcionarle ese espíritu fantástico y entretenido que se perdió con el paso de los años y que, si bien no es la mejor película de la saga, presenta un guión interesante, actuaciones muy buenas y efectos especiales que satisfacerán a los fanáticos.
La película da un paneo muy rápido por el pasado de los dos personajes protagonistas, resumiendo en unos cortos, pero efectivos, minutos cómo ellos lograron desarrollar sus poderes. Rápidamente, la cinta viaja en el tiempo y llega a la década de los sesenta, época en la que se desarrolla toda la trama de esta película. Es así, como se van presentando y desarrollando varios ejes narrativos que le dan forma, con inteligencia e ingenio, a la historia. Por un lado, se cuenta la amistad y el apoyo mutuo que tienen Xavier y Magneto antes de convertirse en enemigos. Estos momentos, que son prácticamente todo el argumento, son el eje principal por el cual se mueve el relato. El trabajo realizado por cada uno de ellos es impecable. James McAvoy le da un giro muy interesante al personaje encarnado anteriormente por Patrick Stewart, en especial en los primeros minutos, usando sus conocimientos como arma de seducción, y en todo el entrenamiento con sus alumnos, donde logra transmitir la sabiduría y la fraternidad de su rol. Michael Fassbender también está muy bien, principalmente al mostrar muy correctamente el lado amistoso y vengativo de su personaje.
Por otro lado, se cuenta la manera en la que ellos van reclutando a otros mutantes y cómo fundan la Mansión X. Aquí se presentan, además de la máquina "Cerebro", a otros personajes que fueron olvidados en las demás películas. Mystique está presente y encarnada por una muy correcta Jennifer Lawrence; Bestia, muy bien intepretado por Nicholas Hoult; y los nuevos: Banshee (Caleb Landry Jones); Havok (Lucas Till) y Darwin (Edi Gathegi), entre otros. Todos muy bien aprovechados.
A su vez, y es allí donde la película triunfa mayormente, se presenta la historia de Sebastian Shaw, interpretado por un excelente Kevin Bacon (le aporta mucho entretenimiento y dinamismo a la historia), y un trasfondo político muy interesante. Toda la cuestión que envuelve a la crisis de los misiles de 1962 en Cuba, dejando de lado que la resolución es totalmente fantasiosa, está muy bien desarrollada en el argumento, ya que le aporta un grado de verosimilitud y de dimensiones mucho más grandes, que aumenta el divertimento y el suspenso.
Los efectos especiales son asombrosos, cada uno de los poderes de los mutantes, los vuelos y las escenas finales presentan un despliegue audiovisual que, al igual que en las pasadas películas de la saga, es muy bueno.
El cambio rotundo que aquí se puede apreciar, con respecto a las pasadas películas, es que la historia se centró en el guión y no tanto en el espectáculo visual, aunque también está presente. Son muchas las escenas habladas, son varios los planteamientos morales y éticos que la misma presenta (discriminación) y son muchos los matices dramáticos que aquí se introducen, sin duda alguna, lo mejor de está propuesta.
Es imposible no dejar de nombrar el vergonzoso error geográfico que se hace con Villa Gesell, un momento que por lo tonto y lo innecesariamente ridículo invita al espectador a reírse y a no tomarse en serio lo que sucede en los minutos siguientes. A su vez, el final es muy diferente al desarrollado en los comics, el cual se ve muy apresurado y decepcionará a quienes hayan leído los escritos originales.
"X-Men Primera Generación" es una película entretenida. Una correcta nueva entrega de los mutantes y sus orígenes, que triunfa gracias al muy buen trabajo de sus intérpretes y al guión que se permite entrar en situaciones y sentimientos paralelos a los centrales. La difícil demostración de que una película sin Wolverine sobre los x-men puede ser divertida y mejor que sus antecesoras.

UNA ESCENA A DESTACAR: entrenamiento.