X-Men: Dark Phoenix

Crítica de Tomás Ruiz - EL LADO G

Dark Phoenix vuelve a repetir los errores que se habían mostrado en películas anteriores. Un guion que no explota virtudes y que desaprovecha actores de primer nivel, termina absorbiendo al olvido este final de saga/franquicia.

Una compra masiva de derechos que Disney hizo oficial hace un par de meses produjo alivio y alegría en la mayor parte de la masa que consume cine de superhéroes. Por otro lado, también se generó un sinsabor, mucho menor, ya que ahora los universos que podrían agregarse al MCU tendrían que acomodarse a las reglas que impone el monopolio del Ratón. Gracias a todo este asunto, las producciones que tenían a X-Men como principales protagonistas han tenido que ser interrumpidas, pospuestas, canceladas y modificadas. El ejemplo más claro de esta situación es la película de los New Mutants, un film que ya tenía fecha de estreno estipulada para mediados del 2018 y que cuyo estreno, con modificaciones de guion en el medio, debió ser retrasado en tres oportunidades hasta la fecha. Algo parecido sucedió con Dark Phoenix (2019), película que ha sido una piedra en el zapato en la lista de estrenos de los últimos dos años, ya que ésta iba a considerarse la primera parte de una nueva trilogía en esta nueva generación de mutantes. Compra de estudios mediante, estos planes quedaron en el olvido y lo que se pensó en un momento como la “saga del Fénix Oscuro” terminará como una cinta que concluirá con el universo X-Men de la mano de 20th Century Fox.

El arco de Dark Phoenix ya había sido “adaptado” en cine, más precisamente en 2006 cuando Brett Ratner se encargó de cerrar la trilogía que Bryan Singer comenzó a principios de los 2000. Con una pésima devolución de los fans y una gran colección de criticas negativas, la famosa X-Men 3: The Last Stand es considerada como la peor película de los mutantes y una adaptación desastrosa de uno de sus arcos argumentales más preponderantes en su historia comiquera. Pero como todo se renueva, y más para ésta nueva generación de jóvenes con habilidades especiales, el arco vuelve a ser adaptado ahora de la mano de quien fuera el escritor de las últimas dos películas de los mutantes y de la ya mencionada pobre adaptación del 2006.

De esta manera e intentando seguir una linea temporal bastante engorrosa, con realidades alternas de por medio, es que se retoman las aventuras de este grupo de mutantes encabezados por el Profesor Charles Xavier (James McAvoy), Mystique /Raven (Jennifer Lawrence) y Hank McCoy (Nicholas Hoult) en donde el grupo X responde a las necesidades del gobierno de Estados Unidos y solucionando los problemas que están fuera de su alcance. En una de éstas misiones Jean Grey (Sophie Turner), Scott Summers/Cíclope (Tye Sheridan), Peter Maximoff/Quicksilver (Evan Peters), Kurt Wagner/Nightcrawler (Kodi Smit-McPhee) y Ororo Munroe/Storm (Alexandra Shipp) son enviados al espacio junto con Hank y Raven para salvar a unos astronautas de una llamarada solar. El rescate no saldrá del todo bien para los héroes, ya que Jean terminará absorbiendo toda la radiación espacial y eso liberará en ella un poder sin semejanza y al mismo tiempo una inestabilidad emocional que la convierte en un peligro para la humanidad.

Escrita y dirigida por Simon Kimberg, esta culminación de saga y franquicia no termina de cumplir las expectativas y termina concretando una labor mediocre. Es inevitable no compararla con la película del 2006, aspecto donde ésta sale ganando sólo porque su adaptación se asemeja más al material original, pero aún así no le alcanza para consolidarse como una buena cinta dentro del género. Lo peor de todo es que los errores que pudieron observarse a lo largo de estas últimas cuatro películas de los mutantes, aquí vuelven a presentarse y hasta por momentos se agigantan. Villanos insulsos, guiones que pecan de ingenuos y motivaciones de personajes que no se terminan de explotar y explorar son las principales características de porque ésta película no termina de convencer. Hay personajes que no son aprovechados en su totalidad, dejando de lado la esencia de los cómics, otros cuyas propósitos cambian sin demasiado sentido a lo largo del film, profundizando esta dualidad en las personalidades que se mantiene a lo largo de esta nueva saga, y ausencias injustificables de algunos personajes. Claro que no son todas malas y algo que es muy destacable, teniendo en cuenta todas las fallas anteriores, es que se hace muy disfrutable y salvo por algún lapso pequeño de tiempo no se hace aburrida. Mucho tiene que ver en eso la música compuesta por el gran Hans Zimmer, que aunque incluso se deja ver que podría haber estado en tonos más altos, su capacidad para crear ambientes gracias a la banda sonora es envidiable. La fotografía, los efectos especiales y el vestuario completan el aspecto técnico donde se nota el apuro, las ganas de terminar la franquicia de una vez y que ahora el “problema” sea de otro.

En cuanto a lo actoral no hay demasiado que destacar salvo por Sophie Turner y Michael Fassbender, dos actores y personajes que logran salvarse de manera categórica con respecto al resto del elenco. Magneto demuestra que a veces las miradas dicen mucho más que las palabras y a pesar de que le dan muy poca participación, se roba los momentos en pantalla totalmente. Jean mientras tanto se nota que tuvo todas las ganas y la mejor de las intenciones para poder concretar un personaje que sea lo más fiel posible a lo que se esperaba, por fortuna ella se termina destacando más de lo que el mismo guion le hubiera permitido a otra actriz. Los demás están al mismo nivel de la película en sí, en la mediocridad total. Pero sin dudas lo peor en cuanto a lo actoral es la participación de Jessica Chastain a quién le otorgaron un papel súper importante pero que no termina demostrando absolutamente nada, salvo por un comienzo que prometía bastante. A medida que avanza la trama su participación se vuelve más recurrente pero al mismo tiempo menos importante.

Dark Phoenix terminará para siempre con la franquicia de los mutantes, que con más malas que buenas ha sabido nutrir las salas de cine desde el 2000. Lamentablemente no pudo ser de la mejor manera y esta película pasará al olvido de forma inmediata gracias a errores que vuelven a repetirse y decisiones que no son acertadas. En lo próximos años se estima que Disney los incluya en el universo cinematográfico de Marvel, aún sin un cómo revelado, pero no caben dudas de que el rumbo de los mutantes estará en veremos por un largo tiempo.