Vigilia

Crítica de Diego Curubeto - Ámbito Financiero

“Vigilia”: hasta el perro es disfuncional

En una célebre novela de Sir Arthur Conan Doyle, el detective Sherlock Holmes aseguraba que para conocer la idiosincrasia de un grupo familiar había que observar detenidamente a su mascota. Esto se aplica a "Vigilia", opera prima de Julieta Ledesma con un perro negro que, si cuando se porta bien ya resulta amenazador, cuando se vuelve malo provoca terror, principalmente en el dueño de casa. Pero en realidad, el comportamiento del perro es un reflejo de los profundos problemas familiares. E inclusive los empeora, dado que las circunstancias provocan que el perro vuelva de la tumba para vengarse de su asesino.

Esta premisa podría permitir un film de terror y suspenso, que no es precisamente éste. La directora y guionista se toma demasiado tiempo para todo, empezando por el retrato de la familia más que disfuncional que vive en una vieja casa en medio un campo jaqueado por la sequía. El hijo regresa después de haberse ido por un buen tiempo, la madre trastornada cree que fue a la guerra, y el padre abusador lo espera a punta de escopeta. La única voz de la razón es la de la empleada doméstica, quien trata de conciliar las cosas sin éxito. Hay buenas imágenes debidas a una excelente fotografía que aprovecha las atractivas locaciones de San Luis y Santiago del Estero, pero dramáticamente el asunto nunca termina de despegar. Lo mejor es el perro Aron, que lamentablemente aparece menos de lo que uno querría.