Viento salvaje

Crítica de Pablo O. Scholz - Clarín

Tenso, como debe ser un thriller
El filme va sumando apuntes, tensión, y cuando todo parece que va a estallar, bueno, estalla.

Taylor Sheridan había dado mucho que hablar con su guión de Sin nada que perder, la película que fue candidata al Oscar este año y que había tenido su debut en Cannes 2016. Tomaba la realidad social estadounidense envuelta en un thriller con aspecto de western. También libretista de Sicario, de Denis Villeneuve, debutó como director con Viento salvaje…, que pasó por el Festival de Sundance y explotó en Cannes 2017, en mayo.

Todo lo bueno que podía intuirse en Sin nada que perder, perdura en Viento salvaje. Hay una disputa entre una comunidad indígena, un hombre blanco que los conoce bien y es su lazo, y… los otros.

Entre ellos, una agente del FBI que recién comienza (Elizabeth Olsen, de Martha Marcy May Marlene) se úne a un cazador de coyotes (Jeremy Renner) en la investigación del asesinato de una joven en una reserva indígena. Ambos coincidieron en Capitán América: Civil War.

Pero esto es otra cosa…

Nada es ni será lo que parece. Cory Lambert es tan certero con su arma que parece que tuviera la mirada siempre fija en algo. Renner lo va construyendo a partir de actitudes y, sí, miradas. A su personaje también le pasó algo similar a lo de los padres de la chica asesinada, que le destruyó su vida y su matrimonio.

Hay una compañía de petróleo operando allí, en territorio indígena. Y muchos indicios de que algo grave sucedió. No contemos más.

Uno de los méritos de Sheridan como guionista es que va sumando apuntes, tensión, y cuando todo parece que va a estallar, bueno, deja que estalle. Hay quienes ya lo comparan con Sam Peckinpah, lo que suena a demasiado, o con Tarantino, pero el humor del director de Kill Bill es muy diferente al que puede destilar Sheridan.

Hay un excelente trabajo de cámara y de iluminación, que recortan los paisajes nevados, que aportan a la historia, tal vez no tan redonda como la de Sin nada que perder, pero que impacta, conmueve, atrapa y no suelta al espectador ni siquiera hasta llegar al desenlace.