Vienen por el oro vienen por todo

Crítica de Marcelo Oliveri - El rincón del cinéfilo

Este interesante documental que dirigen Pablo D'Alo Abba y Cristian Harbaruk desnuda la otra cara de los políticos y los negociados que hay detrás. Narrada en off por la actriz Julieta Díaz, los 83 minutos nos hablan de una triste realidad que, por más que pase en Esquel, provincia de Chubut, ocurre en la Argentina, a lo que no podemos permanecer indiferentes.

En Esquel, Patagonia Argentina, una empresa canadiense obtiene los derechos para extraer oro y plata de una mina ubicada a 7 km de la ciudad, usando enormes cantidades de agua y cianuro. El emprendimiento minero parece ser la gran solución para el 50 % de la población que vive por debajo de los límites de la pobreza.

“Vienen por el oro, vienen por todo” narra la victoria épica de este pueblo patagónico que logró vencer al poder económico y político, impidiendo que se llevara a cabo un emprendimiento que hubiese favorecido el bolsillo de los políticos.

Como bien muestra la realización no sólo estaban en juego los intereses monetarios, pues la salud de la población era otro de los problemas graves que hubiesen provocado muchas muertes.

Las escenas de escrache al gobernador quien dice “me da pena por mi madre”, cuando le expresan en su cara “¡Hijo de puta!”, es tragicómica. Los pobladores desesperados no se amilanan ante los gobernantes y ejercen el derecho de gritar ¡NO!, en una nación democratica.

Una producción que no hace más que refirmarnos que la República Argentina no termina en la Avenida General Paz.