Viaje al cuarto de una madre

Crítica de María Laura Paz - El Espectador Avezado

En una película sin subrayados ni signos de admiración, Celia Rico nos muestra cómo una madre hace frente al duelo por su marido y la inminente partida en busca de su futuro, de su hija única, Leonor.
El cuarto del título es el escenario mínimo donde se mueven los personajes y hay que tener habilidad para mantener el rítmo en una hora y media de película con tan reducido campo de actuación.
Seguro que también fue todo un desafío para Lola Dueñas, que interpreta a Estrella, la madre en el cuarto intentando superar el vacío y la oscuridad que la circundan. Dueñas es conocida por sus trabajos en varias pelis de Almodovar y además, por estos lares actuó bajo la dirección de Lucrecia Martel en "Zama".
Anna Castillo es Leonor, la hija que trata de encontrar su lugar en el mundo, entusiasmada por ir a estudiar inglés de primera mano, cruzando el Canal de la Mancha y al mismo tiempo, sin saber muy bien qué efecto hará la soledad en esa madre que se rehúsa a salir de su "cuarto".
En un principio veremos el camino de la hija, sus quehaceres en el taller textil donde antes estaba su madre, lentamente, se incorporará el elemento maternal en algunas escenas que se verán con planos a través de puertas, detalles, nunca muy amplios y con poquísimos exteriores. Rutinas que se romperan y una iluminación muy tenue, los objetos que se van transformando y que siguen cargados de sentido por la memoria.
"Viaje..." es una exploración y no un entretenimiento, una pintura tranquila que se vuelve perturbadora en el encierro al que nos lleva Celia Rico. Otra muestra más de las bondades del cine español para ver en cualquier momento entre la montaña de tanques que vienen en las vacaciones de invierno.