Viaje 2: La isla misteriosa

Crítica de Fernando Alvarez - Todo lo ve

Aventura que apunta a los clásicos

Una aventura espectacular promete esta secuela ambientada en una isla que tiene extrañas formas de vida, montañas de oro, mortíferos volcanes y más de un secreto.

Sin Brendan Fraser en el papel del tío que jugo cuatro años atrás en Viaje al centro de la Tierra, llega esta secuela de aventuras ahora protagonizada por el gigantesco Dwayne Johnson, más conocido como La Roca.

Viaje 2: La isla misteriosa propone una mirada a los relatos del género (se viene Viaje a la luna) a partir de tres libros clásicos de Jonathan Swift, Stevenson y Verne que hacen referencia a una isla, que en la ficción, está en algún lugar del Pacífico.

Contrastando el mundo moderno con la precariedad de la isla que da título al film, la historia no es otra cosa que una variante sobre la reconstrucción de una familia: un padrastro (Johnson) que intenta acercarse al hijo adolescente (Josh Hutcherson) y un abuelo (Michael Caine) que envía mensajes codificados desde algún lugar remoto.

Esa isla que conocerán gracias a un piloto inexperto (Luis Guzmán, quien ofrece los toques de humor) y su hija adolescente (Vanessa Hudgens, la de High School Musical) que también harán lo imposible por permanecer juntos.

El film hace gala del 3D, de los buenos efectos visuales y de los escenarios recreados digitalmente (el volcán en erupción y la ciudad de la Atlántida) cuando los protagonistas qudan varados en la isla y se ven diminutos ante lagartos, abejas y pájaros. Al igual que en Querida encogí a los niños, la película juega con las escalas y hasta se permite la búsqueda del Nautilus, la nave que el Capitán Nemo ha dejado abandonada en algún rincón del peligroso lugar.

Con buenos momentos (aunque la primera es superior) el realizador Brad Peyton (Como perros y gatos 2) pone el acento en los escapes, travesías por cuevas y en algunos sobresaltos para los más pequeños. El segundo eslabón de la saga apuesta al universo de Julio Verne y combina acertadamente varios elementos, a manera de un tornado, para conquistar al público infantil.