Un traidor entre nosotros

Crítica de Carlos Schilling - La Voz del Interior

"Un traidor entre nosotros": un experimento mental entretenido

Con buen pulso, Susanna White lleva al cine una novela reciente de John Le Carré.

Más que una película de espías Un traidor entre nosotros parece un experimento mental. Ese tipo de ideas que surgen de la fórmula ¿que pasaría si...? En este caso,¿qué pasaría si un profesor universitario inglés tuviera que salvarle la vida a la familia de un mafioso multimillonario ruso?

El resultado puede ser un disparate total o una obra maestra, aunque ninguno de los dos calificativos sería aplicable a esta producción hiper profesional de Susanna White basada en una novela bastante reciente (2010) de John Le Carré.

Pero no es el sello del famoso novelista inglés lo que mantiene con los pies sobre la tierra a esta historia que podría volar por los aire propulsada por su enorme inverosimilitud, sino el peso específico de los actores. En especial, Stellan Skarsgard, que compone un mafioso monumental, un ruso tan fanfarrón y calculador como entrañable y apasionado. Otro intérprete que se destaca es Demian Lewis, quien encarna a Héctor, el agente del servicio de inteligencia británico que se hace cargo de la situación.

La trama es bastante simple si se la compara con cualquiera de las películas de espías recientes. Las fuerzas internacionales en tensión son escasas y ni siquiera hay una particular complejidad tecnológica. Se trata de una reducción del conflicto a sus partículas elementales: un grupo de individuos contra el inmenso poder de la mafia rusa y sus conexiones políticas y financieras.

Debido a que toda la atención narrativa está volcada a resolver en términos de entrenimiento el experimento mental propuesto como trama, el guion evita profundizar en algunos de los aspectos más interesantes de la idea: el choque entre dos mundos extraños (el intelectual y el delictivo o el de la clase media con la plutocracia) y la traición como problema ético.

Un traidor entre nosotros prefiere ser más divertida que interesante y más interesante que profunda. De esas preferencias dependen tanto sus virtudes como sus defectos.