Un golpe con estilo

Crítica de Matias Seoane - Alta Peli

Tres Reyes.

Intentando no perder la casa donde vive con su hija y su nieta, Joe (Michael Caine) acude a su banco buscando renegociar su deuda, pero el trámite es interrumpido por un experto equipo que en pocos minutos asalta la institución con precisión quirúrgica, dejándolo con la idea de que él sería capaz de hacer lo mismo con sus amigos Willie (Morgan Freeman) y Albert (Alan Arkin). Los tres amigos de toda la vida disfrutan de sus últimos años con los humildes ingresos que les brinda el fondo de retiro de la fábrica donde fueron obreros durante décadas. Hasta que la empresa es vendida y el fondo se esfuma en el sistema financiero, dejándolos en una situación muy precaria. Empujados por la necesidad, pero también por cierto deseo de revancha hacia el banco que se está por llevar su jubilación y amenaza con dejar a la familia de Joe en la calle, los tres amigos se deciden planear un asalto. Aunque jamás habían roto la ley y desconocen absolutamente todo sobre a vida criminal.

Hell or Old Water:
A fines de los setenta alcanzaba con el aburrimiento de la tercera edad para que tres ancianos se animaran a robar un banco, pero evidentemente el retiro ya no es tan cómodo como entonces para quienes fueron obreros toda su vida. Aunque el trío moderno comparte la necesidad de seguir sintiéndose activos, la trama actual necesita darles motivaciones más urgentes para que resulten medianamente verosímiles. Pero eso es todo lo que pretende complejizar la historia, que en el fondo repite la fórmula de mostrarnos a un grupo de delincuentes planeando cuidadosamente un golpe sin contarnos los detalles hasta que en los minutos finales se desarrolla como una coreografía precisa.

La gracia de las películas de asaltos ingeniosos es justamente que la persona a engañar tiene que ser igualmente astuto como para poner en riesgo el plan a cada paso, pero a diferencia de otros buenos ejemplos de esa fórmula, la banda de esta película carece de antagonistas interesantes que le den un contrapeso y vuelvan más interesante el desarrollo. El principal y casi único atractivo de Un Golpe con Estilo está en el trabajo de sus tres protagonistas interactuando con una química tan natural que divierten aunque los chistes que les plantea el guión no sean muy buenos ni originales, sorprendiendo sólo con las esporádicas y desquiciadas participaciones de un anciano senil interpretado magistralmente por Christopher Lloyd para robarse un par de carcajadas.

El actor y director Zach Braff tiene una carrera dedicada principalmente a la comedia y en este caso ni siquiera intenta escaparse del estilo de sitcom televisiva, donde la base del humor es casi siempre el diálogo y la cámara sólo está para capturar los ingeniosos retruques entre los protagonistas. Por lo que aunque Un Golpe con Estilo cumple con la obligación del género de entretener, la suma de un guión demasiado simple con un estilo gastado no ayuda a convertirla en algo mínimamente memorable, como para tener un futuro más promisorio que el de ser repetida un par de veces los domingos a la tarde por la televisión..

Conclusión:
Un Golpe con Estilo es una comedia que entretiene pero no sorprende en ningún aspecto. Tiene como único mérito el impecable trabajo y la química entre sus protagonistas.