Un golpe con estilo

Crítica de Diego Batlle - La Nación

Un golpe con estilo: tres viejitos audaces y entrañables

Michael Caine tiene 84 años, Alan Arkin, 83, y Morgan Freeman, casi 80. En papeles secundarios, aparecen desde Christopher Lloyd hasta Ann-Margret. Es que Un golpe con estilo transita lo que se ha dado a conocer como comedia geriátrica, en la que también han incursionado en los últimos tiempos Robert De Niro o Al Pacino.

Los lugares comunes de la autoparodia y los límites creativos de este subgénero son evidentes, pero en defensa de esta historia escrita por Theodore Melfi hay que decir que la fórmula funciona bastante mejor que en productos recientes como Tres tipos duros o Último viaje a Las Vegas. No es que sea un dechado de virtudes y sorpresas, pero esta comedia sobre un anciano (Caine) despojado de su jubilación por el abuso de una corporación y a punto de perder su casa por la estafa de un banco que convence a sus dos mejores amigos (Freeman y Arkin) de tomarse desquite asaltando una sucursal de esa institución financiera no sólo genera indentificación inmediata sino que además está narrada con gracia y ligereza. Mucho tiene que ver el histrionismo del trío que no está "robando" a cámara sino que a pura nobleza y profesionalismo da vida a personajes entrañables. Ellos parecen haberse divertido mucho en el rodaje y ese espíritu lúdico se percibe en la pantalla.