UglyDolls: Extraordinariamente feos

Crítica de Luciana Boglioli - La Capital

En un mundo signado por la perfección de Barbie; flaca, de rasgos armónicos y sonrisa brillante, llega Moxy, la nueva heroína de los muñecos imperfectos. Con la voz de Tini Stoessel y una forma un tanto rara, de piel fucsia y sin algunos dientes, Moxy luchará por mostrar que lo importante es lo de adentro. Esta animación pone en jaque a los muñecos perfectos que llegan siempre a mano de los chicos. Pero cuando un muñeco viene fallado o es “feo” es enviado a UglyVille donde conviven felices junto a otros UglyDolls. Cuando Moxy, junto a Ox, UglyDog, LuckyBat, Wage y Babo cruzan la frontera de su mundo hacia el de los muñecos perfectos, iniciarán una aventura para traspasar sus propios límites. Así, estos muñecos desafían los parámetros de la sociedad. Como estereotipo del niño perfecto está Lou, un pequeño rubio que sonríe todo el tiempo y canta a sus fans, dejándolas desmayadas de amor. Pero la puesta en escena de este villano “lindo” caerá por su propio peso cuando llega Moxy con su “fealdad” para mostrarle que los niños prefieren la autenticidad por sobre lo estético, la naturalidad por sobre lo superficial y la ternura por sobre la frivolidad. Sin dudas, se trata de una película que deja un sabor a alegría genuina que interpela al espectador y lo invita a aceptar y enorgullecerse de sus particularidades físicas y de personalidad que, en definitiva, son las cosas que hacen que cada ser humano sea único e irrepetible.