Triángulo

Crítica de Pablo O. Scholz - Clarín

El crimen tiene tres caras

Christian Petzold entrega un thriller con varias lecturas.

En Triángulo abundan -no sobran- los ismos, empezando por el machismo y terminando con el racismo. Es una historia de perdedores en la que Christian Petzold abreva en el clásico de James Cain El cartero siempre llama dos veces, pero bien que lo reformula. Hay un marido mayor que su esposa, blonda, linda y que planea su muerte, y un recién llegado que se siente atraído y necesita cambiar su suerte.

Los integrantes de la llamada Escuela de Berlín, a la que el director de Yella no sólo pertenece: es de sus mejores exponentes, no suelen hacer cine de género. Petzold se lanza al film noir y plantea en profundidad cuestiones que a un espectador atento no se le pasarán por alto. Thomas (Benno Fürmann) regresa del frente en Afganistán con una baja deshonrosa, dice, a la casa de su madre recién fallecida, y debe afrontar deudas. En su camino se cruza Ali (Hilmi Sözer), un turco vuelto empresario de pequeños negocios de comidas al paso, que suele emborracharse y al que le quitan el registro. Le ofrece ser el chofer, armar los pedidos y entregarlos. Su esposa Laura (Nina Hoss, musa del director) lleva la contabilidad.

Como Ali es un desconfiado de todos y maltrata a su esposa, la venganza de Thomas y Laura vendría a poner las cosas -en un país donde la inmigración no es un tema menor- en su lugar: el héroe que rescata a la mujer de las garras del malvado extranjero. "Vivo en un país que no me quiere con una mujer que compré", dirá Ali. "Si no tienes dinero, no puedes amar. Eso lo sé", se enoja Laura con Thomas.

Pero el desenlace que tiene preparado Petzold lo trastoca todo, resignificando cada pensamiento de los tres protagonistas del triángulo. Ya antes, trabajó las escenas con la dedicación de un artesano, deparando sorpresas en los diálogos que nunca serán forzados, ya que los secretos que fueron guardando Laura y Ali salen a la luz en el momento preciso. Lo que se llama un trabajo de relojería.

Triángulo (o Jerichow, como reza su título original) se exhibe en DVD y merecía otra proyección y un mejor estreno. Porque valores artísticos y "comerciales" tiene de sobra. Sería una pena que el público que supo aplaudir a Fassbinder deje pasarla de largo. No se arrepentirán.