Tras la puerta

Crítica de Alejandro Castañeda - El Día

SECRETOS QUE DUELEN

Cine vetusto suscripto por un veterano que no renuncia a su mundo. La historia está ambientada en 1960, en la posguerra de una Hungría mustia, que se libró de los nazis y ahora vive bajo la dura mirada del comunismo. Mundo opaco, callado, de puertas cerradas y secretos, donde pasean la censura, la desconfianza y las delaciones. Magda, una escritora de clase media alta, decide mudarse a este país junto a su esposo, para situarse en una casa justo enfrente a de una misteriosa mujer, Emerence, que acabará siendo su extraña ama de llaves. A Emerence de chica le aconsejaron “no amar a nadie, para no ser golpeada por la muerte”. Y esa marca la acompañará a lo largo de una su existencia que se debate entre la vida, la muerte, el deber, los secretos, el pasado y la soledad. No cree en nada. Hasta acepta el suicidio de una amiga angustiada: “Si ella está harta y quiere matarse, nadie debe impedírselo”, dice. Y le explica a Magda: “Tu Señor, mata”. Filme denso, retórico, cuyas alegorías sobre el régimen (puertas que jamás se abren, secretos guardados, escobas que barren y barren y no limpian el camino) resultan demasiado esquemáticas. (** ½)